El manto

Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.

1 Samuel 24:5


David tenía la oportunidad de matar a Saúl, Dios lo puso en su mano, pero David tenía un corazón recto, y se perturbó al cortar un pedazo del manto del Rey.

El manto representa la unción, cortar un pedazo del manto fue atentar contra la unción que estaba sobre aquél hombre, y que fue puesta por Dios. David sabía que Saúl era su enemigo, y tenía la oportunidad de terminar con su vida, y tomar el manto de Saúl, por la fuerza. Pero también entendía que no se puede robar la unción, lo que Dios le da a una persona, no puede ser robado, el manto de Saúl, la unción no tendría poder sobre otro hombre, la Unción que cada uno recibe de Dios es personal, y no la recibimos de otro hombre, sino de Dios. Elias dejó caer su manto al ser llevado al cielo, y lo tomó Eliseo, pero esa unción que recibió Eliseo no era la misma que tenía Elias, fue una unción especialmente dada para Elíseo. 

Atentar contra la unción que está sobre un hombre o mujer de Dios, es atentar contra el Espíritu Santo, por eso podemos ver gente portadora de tremendos mantos y llenos de defectos, como Saúl, pero aún así el manto que está sobre esa persona debe ser respetado. Podemos ver gente que quiere apropiarse del manto de algún líder,  pero lo único que hace es pelear contra Dios, y obstaculizar al sier@ de Dios. También hay gente que no tiene problemas, para atacar y cortar el manto de otro, pero debemos saber que a su tiempo caerá el juicio de Dios sobre ellos. No envidies el manto de otro, no intentes robar lo que otro tiene, a cada cual Dios entrego una unción, un don, una autoridad, un manto, personal, esfuérzate porque si eres fiel, Dios tiene preparada una unción especial para tí, que será únicamente tuya y no de nadie. Aprendamos de David, que no se dejó llevar por las emociones, y supo respetar la unción, de aquél rey que procuraba matarlo, y por su recto corazón en el tiempo determinado por Dios, David llegó a ser rey, con una unción mesiánica, única y legítima. Dios dijo de David que su trono sería para siempre, y de su linaje vino el Cristo, David fue el hombre del cual Dios dijo: tiene un corazón conforme a mi corazón, el corazón de la persona marca la diferencia y es determinante al momento de recibir algo de parte de Dios. 

Aprendamos de esta lección de la palabra de Dios a ser varones y mujeres de recto corazón, a colaborar con aquellos que son portadores de un manto de autoridad, porque de esa manera recibiremos herencia de parte de Dios, y un manto especialmente preparado para nosotros. 


Dios los bendiga.
P. Aldo D. Monegal

El propósito divino

Tendieron una red ante mis pasos,
Y mi alma fue oprimida,
Cavaron un hoyo delante mío, pero ellos mismos han caído en él.

Salmo 57:6

Cuando una persona decide ponerse en las manos de Dios, acudiendo a su llamado, entra a formar parte de los propósitos del Señor. Nada puede torcer lo que Dios determinó sobre aquel que escoge para cumplir su voluntad, el que se entrega a la voluntad de Dios para servirle, entra en un río caudaloso en el que ya no controla hacia dónde se dirige, porque el caudal del río lo arrastra hacia su destino profético.
Así sucedió con cada uno de los hombres y mujeres que Dios usó para ejecutar su plan, Abraham, David, Ana, fueron vidas que Dios usó para cumplir con un propósito específico, y aunque tuvieron oposición, al ser atacados, perseguidos, difamados, heridos, rechazados, nada pudo sacarlos de lo que Dios determinó para ellos, no cayeron, ni sucumbieron bajo la presión de los oponentes, porque Dios los sostuvo, los defendió y les dió la victoria.
David estaba en la cueva de Adulan, escapando del rey Saúl, Dios ya había determinado en la eternidad, que Saúl fuese destituido, y que David fuera rey, pero esa transición estaba bajo la dirección de Dios. David sabía que nada podía detener la voluntad de Dios, dejo todo en sus manos y se propuso obedecer a Dios, en todo no trato de obtener el lugar de Saúl por la fuerza, dejo que sea Dios el que quite a Saúl y le entregué el trono. Por eso soporto, el ser desterrado, difamado, tendieron trampas a sus pies, fue oprimido pero conservó su fe en Dios, sabía que todo lo que hicieran contra él, se volvería contra sus mismos enemigos, ya que Dios estaba al control de su vida nada podía salir mal.
No dejes que los que se oponen te causen aflicción, si decidiste servir a Dios, deja que el Señor sea tu defensa, el peleará por tí, por qué estás cumpliendo su propósito, estás en su voluntad, y en el lugar que el te puso, nada te moverá. Recuerda respetar el lugar que Dios le dió a tu prójimo, David nunca sobrepasó a Saúl mientras fue rey, y por está causa el mismo alcanzó el reinado, y fue guardado de sus enemigos.

El Eterno

He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír 

Isaías 59:1


Dios no cambia su poder es el mismo siempre, y sus oídos siempre están atentos a la oración. Hay tiempos en los que parece que nuestra oración no es recibida por Dios, la ansiedad nos juega una mala pasada, pensamos que vamos a recibir lo que pedimos cuando nosotros queremos, estamos acostumbrados a ordenar, exigir, que se nos haga lo que queremos, y olvidamos que Dios es Señor y Rey. Cuando las cosas no salen como pensamos, aún así debemos seguir confiando en Dios, y no olvidar que nada es imposible para el Señor, y que siempre escucha la oración.

El profeta Isaías, declaró está palabra, que leemos hoy, en un momento de incertidumbre que vivía la nación de Israel, buscaban a Dios a su manera, y esperaban obtener lo que pedían sin comprometerse a obedecer a Dios. Si partimos de la idea de que Dios no está a nuestro servicio, que no tenemos derecho de recibir nada de Él, entenderemos que hay demandas de Dios que es necesario cumplir, el Señor no escuchará al pecador, el Dios Justo no bendecirá al que vive practicando la injusticia. El no recibir, no significa que precisamente que Dios no escucha, no ver un milagro en lo que pedimos, no quiere decir que Dios no pueda hacerlo, el principio qué debemos recordar siempre es que el es el Todopoderoso, es omnisciente, y que lo único que puede bloquear nuestra oración es el pecado que está en nosotros. La voluntad de Dios es bendecir a sus hijos, el quiere que nos gocemos en él, por eso nos Dios un pacto nuevo, en la sangre de Jesús, promete librarnos del pecado, y poner su Espíritu en nosotros para que vivamos en su voluntad, así todo lo que pidamos lo recibiremos, en el nombre de Jesús, y su poder se manifestará a favor de nosotros. Dios permanece inmutable, el Eterno es el mismo siempre y para siempre, no dejes de orar y pedir por imposibles en el nombre de Jesús.


P. Aldo.

La esperanza de salvación

1 Tesalonicenses 5:5-9 (NTV)

 5  Pues todos ustedes son hijos de la luz y del día; no pertenecemos a la oscuridad y a la noche.
 6  Así que manténganse en guardia, no dormidos como los demás. Estén alerta y lúcidos.
 7  Es en la noche cuando la gente duerme y los bebedores se emborrachan.
 8  Pero los que vivimos en la luz estemos lúcidos, protegidos por la armadura de la fe y el amor, y usemos, por casco, la confianza de nuestra salvación.
 9  Pues Dios escogió salvarnos por medio de nuestro Señor Jesucristo y no derramar su enojo sobre nosotros.


La palabra de Dios siempre nos habla de la diferencia entre el justo y el injusto, la luz y las tinieblas. En esta porción de la primera carta a Tesalónica, Pablo habla sobre el fin de los tiempos y el día de la salvación, o la venida del Señor, seguramente contestando a las preguntas de algunos hermanos. Una vez más el Apóstol de los gentiles, nos habla de nuestra nueva identidad, somos "hijos de la luz no de las tinieblas" la importancia de saber quiénes somos, determina que somos en el presente y el futuro. Cómo hijos de Dios, marcamos diferencia en todo, nuestras actitudes, la forma de reaccionar a los problemas que enfrentamos, la visión que tenemos del mundo y el futuro, son diferentes a los demás. Cómo hijos de Dios debemos conservar nuestra identidad, mantener la actitud, sin olvidar que no somos de este mundo, no corremos en la misma dirección que los demás, nuestra perspectiva del presente y el futuro son diferentes, y no depende de la situación que vive nuestro entorno, somos hijos de la luz aunque vivimos en un mundo de tinieblas. 
Todos duermen espiritualmente, esto quiere decir que el mundo es indiferente a Dios y su mensaje, y el peligro está en que esa indiferencia del mundo, contagie a los hijos de Dios y bajen la guardia, que se descuiden y se duerman, lo contrario es velar mantenerse despierto aunque sea de noche. 
El entorno en el que vivimos es contrario, a nuestra nueva naturaleza, el mundo está lleno de maldad, nosotros pertenecemos en un reino de amor, el mundo está en oscuridad, nosotros pertenecemos al reino de la luz, las personas que pertenecen al mundo viven esclavizadas, son víctimas de la oscuridad y la maldad, y actúan según su naturaleza, son agresivos, sin afecto, soberbios, envidiosos, traidores, mentirosos, pero también sufren las consecuencias de su propia naturaleza, que es enfermedad, depresión, desesperanza, miedo, frustración, derrota, están vacíos por detrás, y no encuentran la salida. 
Los hijos de Dios no podemos olvidar que esas cosas que antes nos oprimían ya no tiene poder sobre nosotros, ahora nuestra naturaleza, procedencia e identidad es celestial, tenemos promesas para el futuro inmediato, lejano y eterno. Sabemos que nuestro Padre Celestial nos escogió para ser salvados, y no caerá sobre nosotros el juicio de Dios, porque Cristo derramó su sangre para salvarnos, y por medio de la fe en Jesús ahora somos hijos de Dios.
La palabra de Dios refresca nuestra memoria, no debemos olvidar nuestra identidad, tenemos que enfocarnos en la esperanza de salvación, presente y futura que está disponible para nosotros en todo momento. Que nada te desanime, ni los problemas, ni la maldad de la gente, ni el presente ni el futuro, todo es posible para el que cree.

Tu confianza

Siempre habrá alguna razón por la cual preocuparnos: pagar la renta, las cuentas del mes, la salud, los planes, en fin la lista pudiera ser interminable. Ante esta realidad tenemos dos opciones para enfrentar estos retos: el primero es luchar en nuestras propias fuerzas y ver cómo le hacemos, o como segunda opción pudiéramos confiar en que Dios nos proveerá de todo lo que nos falte.
Si vivimos por fe en la promesa de un futuro asegurado en Él, será muy difícil que la ansiedad pueda sobrevivir. Las riquezas de Dios para ti son inagotables no sólo en el área material o económica sino en lo espiritual, emocional, vocacional, etc. Él realmente quiere que no nos preocupemos por nuestro futuro. En la carta a los filipenses , Pablo dice:
Por eso, de sus riquezas maravillosas mi Dios les dará, por medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta
Filipenses 4:19
Deberíamos combatir la INCREDULIDAD que nos llega ante el estrés con esta PROMESA.Flipenses 4:19
Jesús quiere que dependamos de Él en cada área de nuestra vida, no solo ante las circunstancias difíciles sino en todo tiempo aun con las cosas pequeñas que pudiéramos pensar ya tener resueltas. 
Deja que hoy tu vida sea un reflejo evidente de que has puesto tu confianza en Dios, no le tengas miedo a nada, no permitas que las preguntas de inseguridad que quieren llenar tu mente te confundan. Ora por todo y sé fuerte.
Bendiciones para este comienzo de la semana!!

El Espíritu Santo

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 

Efesios 4:30


El Espíritu Santo es una persona, que pertenece a la deidad, es la tercera persona de la Trinidad, Padre, Hijo ,y Espíritu Santo. Debemos saber que el Espíritu vive en nosotros, el Apóstol Pablo dijo: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16) es importante no olvidar que fuimos "sellados" con el Espíritu Santo. 

Desde el momento en el que nacimos de nuevo, el Espíritu de Dios vive en nosotros, para guiarnos, para santificarnos, y equipar con todo lo que necesitamos para la vida y ministerio. Por eso es tan importante el Espíritu Santo, y debemos cuidar su presencia en nosotros, cultivar una relación cada vez más profunda con él.

Pero este versículo de Efesios que leemos hoy, dice que es posible que contristemos, o que pongamos triste al Espíritu Santo, también que podemos ofender al Espíritu, ¿De qué manera? Haciendo lo que a Dios  no le agrada, viviendo una vida opuesta a la voluntad de Dios, volviendo atrás, dándole la espalda a Dios. Todas estas cosas entristecen al Espíritu Santo, y persistir en ello puede resultar en que finalmente se retire de nosotros, y quedemos vacíos de la presencia de Dios.

La presencia del Señor está con nosotros todo el tiempo, para ayudarnos, y darnos poder para vivir una vida de victoria. Tenemos el privilegio de portar la presencia de Dios, algo que los antiguos hombres y mujeres de fe, no pudieron disfrutar, pero hoy nosotros Garcías a Jesús, llevamos en nosotros, el Apóstol Pablo dijo:"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros," (2 de Corintios 4:7)

Ignorar, despreciar, ofender, o entristecer al Espíritu de Dios, es algo muy grave, y peligroso. Jesús hablo sobre esto y dijo: "Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada" (Mateo 12:31) 

¿Cómo está tu relación con el Espíritu Santo? Dios te ama por eso quiere vivir en tí, para darte todo lo que anhela tu corazón, una vida de paz y bendición, alaba a Dios y cultiva tu relación con él por medio del Espíritu Santo. 


P. Aldo.

Los desiertos de Dios

Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie.

Deuteronomio 29:5


Los desiertos tienen mucho significado en la palabra de Dios, la región donde se desarrolló el relato bíblico, estaba rodeada de desiertos. Cuando Israel vivía en Egipto, bajo la esclavitud de faraón, Dios envío a Moisés para libertar a su pueblo, el gemido de su pueblo, y sus oraciones había llegado a los oídos del Señor. Dios se acordó de su pueblo, para liberarlo y llevarlo a la tierra de la promesa, tierra que fluye leche y miel. 

La liberación de Israel, es una figura de la liberación futura de la humanidad, redimida por medio de Jesús, para ser parte de la familia de Dios. Pero también tiene que ver con nuestra vida personal, en esta palabra hay una profunda enseñanza para nosotros, y tiene que ver con los desiertos.

Estando Cristo tenemos salvación y vida eterna, tenemos bendiciones para esta vida, y la vida eterna, Jesús es nuestra Tierra prometida. La enseñanza está en el hecho de que Israel, no llegó inmediatamente a la tierra prometida, al ser libertado, primero tuvo que atravesar el desierto, un camino que no podía durar más que unos días, se transformó en un viaje de cuarenta años. Los desiertos son lugares de transición, es un lugar de procesos, de grandes cambios, pero también de peligros, y necesidades, pero sobre todo son lugares donde Dios nos confronta, con nuestros propios pecados. Israel no pudo evitar pasar el desierto, pero finalmente alcanzó la tierra prometida, con una mente y un corazón renovado, y listos para disfrutar de toda la bendición. 

Hay una norma espiritual, y es que para lograr la victoria primero debemos atravesar el desierto, no hay forma de evitarlo, porque no podemos entrar en la nueva tierra sin ser transformados, no podemos vivir en el espíritu sin nacer de nuevo, no podemos vivir una vida de victoria si Jesús en el corazón. La mente no renovada no puede percibir las cosas de Dios, porque son espirituales, Dios es espíritu, tenemos que atravesar el desierto del proceso, donde no tenemos nada más que la ayuda de Dios, el lugar donde no hay otra cosa que podamos hacer más que buscar el Señor. Si estás en un desierto, no tengas temor, no te desesperes, no seas rebelde, todo esto solo aumentará el tiempo de permanencia en el desierto. Si eres paciente, y crees en el Señor, confía porque al final del desierto, te encontrarás con un río, y al pasar al otro lado estarás en la tierra de tu bendición. Dios te sustentará siempre, créeme que el desierto en necesario, y Dios siempre estará, más presente que nunca, no bajes los brazos, no te desanimes, la tierra prometida de tus bendiciones, es tan deseada que cuando estés en ella, el desierto será solo un recuerdo más, de tu camino andado y un tesoro de enseñanzas y sabiduría para disfrutar y compartir. El desierto es tu mejor campo de entrenamiento, para el propósito que Dios tiene para tí.