1 Salmo de David.A ti elevo mi oración, oh SEÑOR, roca mía; no cierres tus oídos a mi voz. Pues si guardas silencio, mejor sería darme por vencido y morir.
2 Escucha mi oración que pide misericordia, cuando clamo a ti por ayuda, cuando levanto mis manos hacia tu santo templo.
3 No me arrastres junto con los perversos —con los que hacen lo malo—, los que hablan con sus vecinos amablemente mientras traman maldades en su corazón.
4 ¡Dales el castigo que tanto merecen! Mídelo en proporción a su maldad. ¡Págales conforme a todas sus malas acciones! Hazles probar en carne propia lo que ellos les han hecho a otros.
5 No les importa nada lo que el SEÑOR hizo ni lo que sus manos crearon. Por lo tanto, él los derrumbará y, ¡jamás serán reconstruidos!
6 ¡Alaben al SEÑOR! Pues él oyó que clamaba por misericordia.
7 El SEÑOR es mi fortaleza y mi escudo; confío en él con todo mi corazón. Me da su ayuda y mi corazón se llena de alegría; prorrumpo en canciones de acción de gracias.
8 El SEÑOR le da fuerza a su pueblo; es una fortaleza segura para su rey ungido.
9 ¡Salva a tu pueblo! Bendice a Israel, tu posesión más preciada. Guíalos como un pastor y llévalos en tus brazos por siempre.
Cuando David escribió este salmo, se cree que estaba huyendo de su hijo Absalom, este quería matarlo para quedarse con su trono. En medio de esta crisis, David pronuncia las palabras de este Salmo inspirado por Dios, y que también es profético por ser una imagen anticipada de la oración de Jesús.
El salmo se divide en cuarto puntos:
1. Clamor para que Dios escuche, vv. 1, 2
2. Clamor por justicia, vv. 3–5
3. La respuesta a la súplica, vv. 6, 7
4. Compartiendo la bendición, vv. 8, 9
Clamar a Dios pidiendo que el atienda, suplicar, rogar es un acto de reverencia ante Dios, es reconocer que el es soberano y nosotros somos sus súbditos. Dios puede responder o no, según su voluntad ya que no tiene obligación de atender a nuestra Oración, es por su misericordia que Dios responde al clamor. El salmista dice : "si no me atiendes me daré por vencido y moriré" otra versión dice: "no te desentiendas de mí, para que no sea yo semejante a los que decienden al sepulcro" el salmista tiene temor del silencio de Dios, sabe que si el no responde su suerte será como la de los incrédulos. La fe del creyente se alimenta de las respuestas de Dios a la oración, cuando Dios responde al clamor la fe se fortalece. Buscar a Dios en medio de la dificultad es la forma mas sabía de reaccinar ante la presión, el profeta Jeremías declaró en el capítulo 33 del libro que lleva su nombre: "Clama a mí yo te responderé". La segunda parte del Salmo es un pedido de Justicia, sobre los enemigos que no buscan a Dios, es interesante que para David los enemigos de Dios son sus enemigos, esto demuestra que David se identifica con su Creador. La gente que es hipócrita tendrá su recompensa, y el Salmista pide a Dios que así sea. Aunque parece que la justicia de Dios tarda en llegar, será ejecutada sin excepción, los malos y los que ignoran a Dios y su obra, caerán bajo el juicio del Señor. La alabanza no puede faltar en toda oración, el Salmista da gracias a Dios por oír sus oraciones, y por la respuesta del Todopoderoso. Manifiesta su adoración levantando sus manos hacia Dios, como ofreciendo su corazón al Señor en adoración. Y por último la declaración del Salmista es el deseo de compartir con todos las bendiciones de Dios, que todo el mundo pueda conocer al Señor que escucha la oración de los que en el confían y responde con Milagros.
Tenemos una Palabra tremenda en este Salmo que podemos aplicar a nosotros mismos, clamar a Dios con reverencia, orar para que la justicia se manifieste a favor de los que confían, y contra los enemigos de Dios. Adorar incluso anticipadamente, por las respuestas del Altísimo, y compartir con nuestro prójimo la buena noticia del evangelio.
Recuerden que el Señor en como un castillo, una fortaleza para sus hijos, confiar en el nos llena de paz y bendición.
"El SEÑOR es mi fortaleza y mi escudo; confío en él con todo mi corazón. Me da su ayuda y mi corazón se llena de alegría; prorrumpo en canciones de acción de gracias."
2 Escucha mi oración que pide misericordia, cuando clamo a ti por ayuda, cuando levanto mis manos hacia tu santo templo.
3 No me arrastres junto con los perversos —con los que hacen lo malo—, los que hablan con sus vecinos amablemente mientras traman maldades en su corazón.
4 ¡Dales el castigo que tanto merecen! Mídelo en proporción a su maldad. ¡Págales conforme a todas sus malas acciones! Hazles probar en carne propia lo que ellos les han hecho a otros.
5 No les importa nada lo que el SEÑOR hizo ni lo que sus manos crearon. Por lo tanto, él los derrumbará y, ¡jamás serán reconstruidos!
6 ¡Alaben al SEÑOR! Pues él oyó que clamaba por misericordia.
7 El SEÑOR es mi fortaleza y mi escudo; confío en él con todo mi corazón. Me da su ayuda y mi corazón se llena de alegría; prorrumpo en canciones de acción de gracias.
8 El SEÑOR le da fuerza a su pueblo; es una fortaleza segura para su rey ungido.
9 ¡Salva a tu pueblo! Bendice a Israel, tu posesión más preciada. Guíalos como un pastor y llévalos en tus brazos por siempre.
Cuando David escribió este salmo, se cree que estaba huyendo de su hijo Absalom, este quería matarlo para quedarse con su trono. En medio de esta crisis, David pronuncia las palabras de este Salmo inspirado por Dios, y que también es profético por ser una imagen anticipada de la oración de Jesús.
El salmo se divide en cuarto puntos:
1. Clamor para que Dios escuche, vv. 1, 2
2. Clamor por justicia, vv. 3–5
3. La respuesta a la súplica, vv. 6, 7
4. Compartiendo la bendición, vv. 8, 9
Clamar a Dios pidiendo que el atienda, suplicar, rogar es un acto de reverencia ante Dios, es reconocer que el es soberano y nosotros somos sus súbditos. Dios puede responder o no, según su voluntad ya que no tiene obligación de atender a nuestra Oración, es por su misericordia que Dios responde al clamor. El salmista dice : "si no me atiendes me daré por vencido y moriré" otra versión dice: "no te desentiendas de mí, para que no sea yo semejante a los que decienden al sepulcro" el salmista tiene temor del silencio de Dios, sabe que si el no responde su suerte será como la de los incrédulos. La fe del creyente se alimenta de las respuestas de Dios a la oración, cuando Dios responde al clamor la fe se fortalece. Buscar a Dios en medio de la dificultad es la forma mas sabía de reaccinar ante la presión, el profeta Jeremías declaró en el capítulo 33 del libro que lleva su nombre: "Clama a mí yo te responderé". La segunda parte del Salmo es un pedido de Justicia, sobre los enemigos que no buscan a Dios, es interesante que para David los enemigos de Dios son sus enemigos, esto demuestra que David se identifica con su Creador. La gente que es hipócrita tendrá su recompensa, y el Salmista pide a Dios que así sea. Aunque parece que la justicia de Dios tarda en llegar, será ejecutada sin excepción, los malos y los que ignoran a Dios y su obra, caerán bajo el juicio del Señor. La alabanza no puede faltar en toda oración, el Salmista da gracias a Dios por oír sus oraciones, y por la respuesta del Todopoderoso. Manifiesta su adoración levantando sus manos hacia Dios, como ofreciendo su corazón al Señor en adoración. Y por último la declaración del Salmista es el deseo de compartir con todos las bendiciones de Dios, que todo el mundo pueda conocer al Señor que escucha la oración de los que en el confían y responde con Milagros.
Tenemos una Palabra tremenda en este Salmo que podemos aplicar a nosotros mismos, clamar a Dios con reverencia, orar para que la justicia se manifieste a favor de los que confían, y contra los enemigos de Dios. Adorar incluso anticipadamente, por las respuestas del Altísimo, y compartir con nuestro prójimo la buena noticia del evangelio.
Recuerden que el Señor en como un castillo, una fortaleza para sus hijos, confiar en el nos llena de paz y bendición.
"El SEÑOR es mi fortaleza y mi escudo; confío en él con todo mi corazón. Me da su ayuda y mi corazón se llena de alegría; prorrumpo en canciones de acción de gracias."