Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.
Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.
2 Reyes 7:1-2
Las promesas de Dios declaran cambios contundentes a los problemas y situaciones que vivimos en lo cotidiano. La palabra de Dios nos desafía siempre a creer lo que no vemos, sobre aquello que es una "realidad" para nuestra mente natural. La Biblia dice "que por las llagas de Jesús fuimos sanados" pero en mi realidad estoy enfermo, la promesa de Dios me habla de abundancia, pero en mi realidad actual estoy en escasez, tenemos que creer para que nuestra realidad natural cambie por la fe en las promesas de Dios.
Nuestra actitud hace la diferencia en estas situaciones si creemos a Dios pese a las realidades que vivamos, recibiremos las bendiciones. El profeta declaró una promesa de abundancia, en un momento de profunda crisis económica, algunos recibieron con gozo la palabra Profética, creyendo en el poder de Dios sin cuestionar cómo sería posible. Pero uno de los nobles del rey de Samaria, no creyó, para él era imposible que pudiera suceder lo que declaraba el profeta.
Es posible que en momentos de largas crisis la fe se debilite, y la incredulidad se fortalezca, pero si nos mantenemos en comunión con Dios en todo momento diremos cómo el Apóstol Pablo se vivir en abundancia y sé vivir en escasez, todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
Tenemos que creer con el corazón, no con la mente que todo lo calcula y piensa de qué manera será posible que lo sobrenatural ocurra.
La incredulidad no permite que recibamos las bendiciones de Dios, las veremos pero no las tendremos, hoy más que nunca tenemos que dejar de ser incrédulos, como Tomás, y como este noble que cuestionó al Profeta y terminó mal.
Hoy Dios te dice, si crees lo malo se cambia en bendición, cree en las promesas y en el poder de Dios y verás su gloria sobre tu vida.
A.D.Monegal
Pastor, M. Los valientes de Jesús.
Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.
2 Reyes 7:1-2
Las promesas de Dios declaran cambios contundentes a los problemas y situaciones que vivimos en lo cotidiano. La palabra de Dios nos desafía siempre a creer lo que no vemos, sobre aquello que es una "realidad" para nuestra mente natural. La Biblia dice "que por las llagas de Jesús fuimos sanados" pero en mi realidad estoy enfermo, la promesa de Dios me habla de abundancia, pero en mi realidad actual estoy en escasez, tenemos que creer para que nuestra realidad natural cambie por la fe en las promesas de Dios.
Nuestra actitud hace la diferencia en estas situaciones si creemos a Dios pese a las realidades que vivamos, recibiremos las bendiciones. El profeta declaró una promesa de abundancia, en un momento de profunda crisis económica, algunos recibieron con gozo la palabra Profética, creyendo en el poder de Dios sin cuestionar cómo sería posible. Pero uno de los nobles del rey de Samaria, no creyó, para él era imposible que pudiera suceder lo que declaraba el profeta.
Es posible que en momentos de largas crisis la fe se debilite, y la incredulidad se fortalezca, pero si nos mantenemos en comunión con Dios en todo momento diremos cómo el Apóstol Pablo se vivir en abundancia y sé vivir en escasez, todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
Tenemos que creer con el corazón, no con la mente que todo lo calcula y piensa de qué manera será posible que lo sobrenatural ocurra.
La incredulidad no permite que recibamos las bendiciones de Dios, las veremos pero no las tendremos, hoy más que nunca tenemos que dejar de ser incrédulos, como Tomás, y como este noble que cuestionó al Profeta y terminó mal.
Hoy Dios te dice, si crees lo malo se cambia en bendición, cree en las promesas y en el poder de Dios y verás su gloria sobre tu vida.
A.D.Monegal
Pastor, M. Los valientes de Jesús.
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