Pero pida en fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es llevada por el viento y echada de una parte a otra.
Santiago 1:6
La duda es incredulidad y no permite que recibamos lo que pedimos a Dios, pero también hace que no podamos disfrutar de las bendiciones de una vida que le pertenece a Él.
Generalmente cuando recién conocemos al Señor y entregamos nuestros corazones a Él, entramos en ese "primer amor" y caminamos en las nubes con Jesús. Pero al pasar el tiempo, las dificultades los problemas las traiciones, apagan ese primer amor, aveces sin darnos cuenta terminamos fríos espiritualmente, dejamos de orar, de leer cada mañana la Biblia, dejamos de reunirnos con los hermanos, y cuando nos damos cuenta estamos corriendo con el mundo, en el sistema, y nos encontramos lejos de Dios.
Sin embargo, hay muchos que viven en la iglesia y llevan una vida aparentemente alineada a Dios, pero en su intimidad viven de otra forma, como si Dios no los vira.
Todo esto se debe a que se volvieron incrédulos, abandonaron la fe primera, entonces la duda la desconfianza, les roban las bendiciones, y hasta la salvación.
El Apóstol Santiago describe a los fríos, tibios y a los que dudan, como "olas del mar", las olas del mar son inquietas, van de aquí para allá, están sujetas a las leyes naturales, el viento, la marea, la corriente de las aguas. Las personas que dudan son como las olas del mar porque perdieron el propósito, la fe, la guía de Dios, están dependiendo de lo "natural" como la gente que no tiene a Dios, se olvidan que Dios es todopoderoso.
Los problemas y dificultades de esta vida, los tiene como las olas del mar de un lado al otro, porque dejaron de confiar en Dios.
Si tu vida está así en inquietud, falta de paz, es porque perdiste tu fe, vuelve a creer, vuelve a Dios y no dejes que lo natural te dómine. La Biblia dice te pondré por cabeza y no por cola, esto significa que tú dominarás las circunstancias y no ellas a tí.
Que en este día seas libre de toda duda, que tu fe se afirme, para que pidas todo lo que necesitas al Padre y él te lo dé.
Declaró que tu fe se renueva, y tu vida estará firme sobre la roca que es Cristo.
A.D. Monegal
Santiago 1:6
La duda es incredulidad y no permite que recibamos lo que pedimos a Dios, pero también hace que no podamos disfrutar de las bendiciones de una vida que le pertenece a Él.
Generalmente cuando recién conocemos al Señor y entregamos nuestros corazones a Él, entramos en ese "primer amor" y caminamos en las nubes con Jesús. Pero al pasar el tiempo, las dificultades los problemas las traiciones, apagan ese primer amor, aveces sin darnos cuenta terminamos fríos espiritualmente, dejamos de orar, de leer cada mañana la Biblia, dejamos de reunirnos con los hermanos, y cuando nos damos cuenta estamos corriendo con el mundo, en el sistema, y nos encontramos lejos de Dios.
Sin embargo, hay muchos que viven en la iglesia y llevan una vida aparentemente alineada a Dios, pero en su intimidad viven de otra forma, como si Dios no los vira.
Todo esto se debe a que se volvieron incrédulos, abandonaron la fe primera, entonces la duda la desconfianza, les roban las bendiciones, y hasta la salvación.
El Apóstol Santiago describe a los fríos, tibios y a los que dudan, como "olas del mar", las olas del mar son inquietas, van de aquí para allá, están sujetas a las leyes naturales, el viento, la marea, la corriente de las aguas. Las personas que dudan son como las olas del mar porque perdieron el propósito, la fe, la guía de Dios, están dependiendo de lo "natural" como la gente que no tiene a Dios, se olvidan que Dios es todopoderoso.
Los problemas y dificultades de esta vida, los tiene como las olas del mar de un lado al otro, porque dejaron de confiar en Dios.
Si tu vida está así en inquietud, falta de paz, es porque perdiste tu fe, vuelve a creer, vuelve a Dios y no dejes que lo natural te dómine. La Biblia dice te pondré por cabeza y no por cola, esto significa que tú dominarás las circunstancias y no ellas a tí.
Que en este día seas libre de toda duda, que tu fe se afirme, para que pidas todo lo que necesitas al Padre y él te lo dé.
Declaró que tu fe se renueva, y tu vida estará firme sobre la roca que es Cristo.
A.D. Monegal
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