La viuda de Naín

Lucas 7:11-15
 11  Poco después, Jesús fue con sus discípulos a la aldea de Naín, y una multitud numerosa lo siguió.
 12  Cuando Jesús llegó a la entrada de la aldea, salía una procesión fúnebre. El joven que había muerto era el único hijo de una viuda, y una gran multitud de la aldea la acompañaba.
 13  Cuando el Señor la vio, su corazón rebosó de compasión. «No llores» —le dijo.
 14  Luego se acercó al ataúd y lo tocó y los que cargaban el ataúd se detuvieron. «Joven —dijo Jesús—, te digo, levántate». 
 15  ¡Entonces el joven muerto se incorporó y comenzó a hablar! Y Jesús lo regresó a su madre.


Dos grupos de personas en sentido contrario se encontraron en la puerta de la ciudad de Naín, un cortejo fúnebre, por un joven fallecido, y una compañía de discípulos de Jesús, que seguía al maestro. El contraste de la vida y la muerte, es fuerte entre estos dos grupos, lo que sucedió fue profético, porque anunció la victoria total sobre la muerte. Jesús vió a la madre del difunto, y se llenó de compasión, ese es el sentir de Jesús por toda la humanidad, y es el motivo que lo llevó a morir por nosotros en la cruz, el amor infinito de Jesús. Él consoló a la viuda, le dijo: no llores, Jesús no soporta vernos tristes, siempre está cerca nuestro para consolarnos y alentarnos. Después vino el milagro, el Señor tocó el féretro y los que lo llevaban se detuvieron, la muerte se detiene cuando Jesús la enfrenta; la orden de Jesús al difunto fue determinante: joven, a ti te digo levántate! La juventud necesita levantarse en este tiempo para seguir a Jesús, y ser parte de las nuevas generaciones que llevan en alto el estandarte de Cristo.
La tristeza se convirtió en gozo, la vida absolvió a la muerte, Jesús es la resurrección y la vida, y este hecho de la viuda de Naín anuncia el fin de la tristeza, la derrota de la muerte en la cruz. Yo te pregunto ¿en qué grupo estás? Eres parte del grupo que sigue atado al temor de la muerte, o eres parte del grupo de Jesús, el que venció a la muerte y sacó a luz la vida? 

Deja que Jesús te toque y transforme tu vida para siempre hoy! 


P. Aldo Daniel Monegal

Las cosas de arriba

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Colosenses 3:2


Que difícil es acostumbrarse a vivir con la mirada puesta fuera de este mundo, asumir nuestra nueva naturaleza y posición en Jesús. Aunque es un regalo de Dios, pero debemos tomarlo y practicarlo, tenemos capacidad de decidir cómo seguir, mirando hacia abajo, o mirando hacia arriba.

La palabra de Dios nos dice que pongamos atención a las cosas de arriba, esto quiere decir que debemos cambiar nuestra perspectiva, valores, formas de pensar, dejar lo antiguo y caminar en lo nuevo de Dios, las cosas de arriba son la fe, la salvación, el amor, la vida eterna que nos espera en Jesús; arriba está el Padre Celestial, está Cristo, y las mansiones celestiales que Jesús fue a preparar para nosotros. Mira arriba tiene que ver con dejar las religiones humanas, creencias, y tradiciones culturales que nada tienen que ver con nuestra nueva naturaleza. Nuestro centro es Jesús, a él adoramos, él es nuestro modelo a seguir, él es el rey, y mientras estamos aquí en la tierra, miramos arriba, guardando su palabra y esperando su regreso. 

Nuestra esperanza, y seguridad ahora están en las cosas de arriba, no estamos confiando en otras cosas, y eso nos da firmeza y paz.

Es tiempo de levantar la cabeza, dejar de mirar el suelo, tristes, agobiados, sin esperanza, Jesús te hizo libre, levanta tu mirada, porque tú bendición viene de arriba, como la lluvia así vendrá sobre tí.


P. Aldo Daniel Monegal

Nuestra Fe

Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Judas 1:3


La palabra de Dios dice que es necesario defender la fe que fue dada una vez a la iglesia, de los que atacan sus bases con falsas doctrinas, normas humanas, y creencias que tienen que ver más con leyendas que con la verdad de Dios. En este versículo Judas se refiere a la fe, en el sentido de credo, es decir, ¿en qué creemos? ¿como creemos? ¿cuales son los límites de nuestras fe? Todo lo que tiene que ver con la piedad que profesamos. 
Claro que la base principal de nuestra fe está en la palabra de Dios, pero tenemos que reconocer que una mala interpretación de la Biblia, provoca errores y falsas doctrinas, cuando los hombres usan la Biblia para afirmar lo que ellos quieren decir, en lugar predicar lo que la Biblia dice.

Nuestra fe también descansa sobre la base de nuestra experiencia personal con Dios, el testimonio de nuestro encuentro con el Señor, su llamado, nuestras vivencias con Jesús deben estar alineadas a la palabra de Dios. 
Nuestra fe tiene bases sólidas, en las personas de la Trinidad, y en las sagradas escrituras, todo lo que salga fuera de estos límites, y que provenga de otra fuente, no puede determinar nuestra doctrina de fe. Judas vivía en los inicios de la iglesia, y hablo de los peligros que acechan la fe, hoy existen esos mismos peligros, por lo tanto debemos defender la fe verdadera, tal como nos fue dada por nuestro Señor Jesús. Hay que ejercitar el espíritu, alimentar cada día nuestro hombre interior con el maná del cielo, estudiar las escrituras, y conocer cuáles son los peligros que amenazan la fe de la iglesia, para ponerlos en evidencia. Si nos conducimos correctamente en la fe de nuestro Señor Jesús, seremos luz en este mundo de tinieblas, y estaremos firmes, y seguros sobre la roca.


Pastor Aldo D. Monegal

La miel de la vida

Pero Jonatán no había oído cuando su padre había juramentado al pueblo, y alargó la punta de una vara que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llevó su mano a la boca; y fueron aclarados sus ojos. 1Samuel 14:27


La miel representa muchas cosas en la biblia, la abundancia, la provisión de Dios, la palabra de Dios. Pero está muy relacionada con lo Profético, Juan el bautista se alimentaba de langostas y miel silvestre, es un alimento muy beneficioso para el cuerpo, pero metafóricamente tiene que ver con la palabra de Dios revelada; Cuando Dios llamó al profeta Ezequiel le fue dado un libro, y Dios le ordenó comerlo y fue dulce como la miel (Ezequiel 3:3) El versículo en cuestión nos habla de un momento en la vida de Jonatan, el estaba en problemas, porque tenían hambre, y estaban cansados, además el rey Saúl había dado una orden de no comer. Jonatan no sabía del decreto del rey, así que al llegar a un lugar donde fluía miel, tomó un poco para comer, y sus ojos se abrieron. 

Esta palabra "fueron aclarados sus ojos" tiene que ver con la recuperación de los sentidos y facultades mentales, pero también tiene que ver con recuperar la visión profética, el sentido espiritual que nos une al Espíritu Santo, para poder percibir lo que Dios nos está revelando.


•Cuando hay desnutrición espiritual se nublan los sentidos y se pierde la visión.

•Andar sin visión hace que aceptemos mandatos de hombres que nos confunden más.

•No es posible vencer en la batalla, peleando en nuestra propia fuerza y a ciegas.


Jonatan extendió su vara, y mojó su extremo en un panal de miel, luego la llevó a su boca, y sus ojos fueron aclarados. 


• Proféticamente la vara se relaciona con la autoridad, con la unción que hay sobre ti, lo espiritual se obtiene por medio del Espíritu Santo.

• El panal de miel, se refiere a la Palabra inspirada de Dios, que nos revela su voluntad y nos aumenta la fe, y nos da visión.


Debemos estar bien alimentados en el Espíritu, no podemos descuidar la visión, ya revelación de Dios por medio de su palabra, la guía de su Santo Espíritu, son fundamentales para mantenernos en pie, para no ser engañados, que Dios abra nuestros ojos espirituales, para ver claramente cuál sea la voluntad perfecta de Dios para nosotros.

Cielos abiertos

Caminar bajo cielos abiertos.
Es un término que se está usando mucho en la iglesia para indicar que vivimos bajo la bendición abundante de Dios.
La Biblia usa en varías ocasiones el término "cielos abiertos" o "se abrieron los cielos" por ejemplo en en Génesis 7:11 se abrieron los cielos para derramar las aguas del diluvio, esto es el juicio de Dios sobre la humanidad. También se abrieron los cielos, al profeta Ezequiel 1:1, para recibir la revelación de Dios y el llamado al ministerio profético, esto es revelación y llamado, como en Hechos 7:56 se abrieron los cielos para que Esteba vea la gloria de Dios, y en Hechos 10:11 se abrieron los cielos para que Pedro reciba revelación de parte de Dios.
En Mateo 3:16 los cielos se abrieron cuando Jesús fue bautizado en agua por Juan, al descender el Espíritu Santo como paloma. En Apocalipsis 9:11 dice que los cielos se abrieron, en la visión de Juan, y Jesús venía cabalgando en un caballo blanco, esto es para consumar su plan de salvación, y juicio sobre el mundo entero. En conclusión podemos decir que los cielos se abren cuando hay una intervención directa de Dios en el mundo, tanto para juicio, como para revelación, los cielos se abren y la gloria se derrama sobre el mundo.
Pero debemos saber que desde que Jesús entregó su vida y resucitó, inauguró un tiempo de cielos abiertos para su pueblo, la iglesia, Juan 1:51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. Jesús es la cabeza de la iglesia, somos su cuerpo, y hasta que él regrese caminaremos bajo cielos abiertos.


P. Aldo.

El gran proceso de Dios

Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva. Filipenses 1:6

Todos los que tenemos a Jesús en el corazón, y seguimos sus pisadas, estamos en un proceso de Dios. Una obra comenzó en nosotros el día que le dimos el corazón a Cristo, al aceptar que Jesús sea nuestro Señor y Rey pasamos a ser de su propiedad, y el Espíritu Santo nos está transformando en hombres y mujeres nuevos, de lo contrario no podremos ser ciudadanos de su Reino. 
Esto quiere decir que no somos perfectos, tenemos errores, nos equivocamos. Una de las señales de esa transformación, es cuando aprendemos a reconocer nuestras equivocaciones, Dios nos quita la soberbia, el no aprueba la rebeldía, ni la autosuficiencia, nos enseña a ser humildes, a entender que dependemos de él en todo, y que sin su ayuda nada podemos hacer. Jesús dijo: "aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán el descanso para sus almas" (Mateo 11:29), la mansedumbre es una cualidad de los grandes líderes Bíblicos, Moisés el mayor líder de Israel lo fue: "Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra"(Números 12:3)
Jesús dijo: Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad (Mateo 5:5) 
Ser manso es dejarse moldear por el alfarero Divino, cuando entendemos que todo está bajo el control del Señor nada nos altera, no somos rebeldes a las situaciones que nos presenta la vida, transitamos con mansedumbre y confianza en Dios, cualquier camino. Aprendemos a aceptar las correcciones de Dios, y de sus siervos y siervas, con mansedumbre, porque sabemos que estamos siendo procesados para algo grande. Si no aceptamos la disciplina, no somos aptos para servir al Señor, (Hebreos 12:6-11) el proceso incluye, crecer en humildad y mansedumbre, y menguar en soberbia y rebeldía. El proceso significa negarse a sí mismo, es aceptar con mansedumbre lo impuesto por Dios su voluntad, aunque a veces implique hacer algo que no nos agrada, soportar cosas que sin Dios rechazaríamos, por este motivo Jesús dijo: y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.(Mateo 10:38)
Seguir a Cristo no es difícil, depende de qué tan dispuestos estemos a ser procesados, " el que comenzó la obra en vosotros la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" ¿Estás dispuesto, dispuesta a entrar en el proceso del Señor? 
Si tu respuesta es sí, entonces se reverente con Dios, y con sus siervos, ama su iglesia de la cual tú eres parte, y vive con mansedumbre y humildad, y descubrirás que significa descansar en Jesús.

Alégrense en el Señor

Mis amados hermanos, pase lo que pase, alégrense en el Señor. Nunca me canso de decirles estas cosas y lo hago para proteger su fe. Filipenses 3:1 (NTV)


Una de las palabras que más abunda en la carta de Pablo a los Filipenses es "Gozo" aquí en esta versión de la Biblia, (NTV) la palabra se traduce como "alegría". Pero el Apostól Pablo no está hablando de la alegría que tiene que ver con el estado de ánimo, nótese que dice: "pase lo que pase, alégrense en el Señor" y sé que cualquiera que lee este versículo, pensará ¿Cómo puedo estar alegre en medio de la dificultad?.
El gozo o la alegría de la que habla la palabra de Dios es un don del Espíritu Santo, que capacita a los hijos de Dios para tener gozo en cualquier situación, es como una protección contra los ataques de ansiedad y desesperación, que nos causan las situaciones difíciles. 
Cuando enfrentamos la vida con el gozo del Señor, vemos todo desde una óptica diferente, sabemos que Dios nos ama, y nosotros amamos a Dios, y este amor mutuo, es la comunión que nos da la confianza de saber que para Dios no hay nada imposible, que Dios siempre está obrando a nuestro favor para bendecirnos y por lo tanto lo malo, lo difícil, no puede dañarnos, siempre hay una salida en Dios. Vivimos en otra dimensión, la del espíritu, en el reino de Dios no hay finales tristes, no hay dolor, hay vida en abundancia. 
Desde esta perspectiva, vivimos gozosos, alegres, victoriosos, gracias a nuestro Padre Celestial, a nuestro Señor Jesús, que va delante de nosotros, en todo momento. ¡Alégrense en el Señor siempre! ¡No me cansaré de repetirles lo mismo una y otra vez! Dios es bueno.

Ptr. Aldo D. Monegal