Llamados a la unidad

Efesios 4:1-6
1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
2  con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
3  solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
4  un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
5  un Señor, una fe, un bautismo,
6  un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

La unidad es un objetivo al que debemos dirigirnos, es una meta que tenemos que alcanzar. La unidad no es instantánea, es un proceso. Solo en la unidad está la bendición, la palabra de Dios dice que antes de la fundación del mundo, el Padre y el Hijo estaban en perfecta unidad. La unidad trae orden, es fructífera y próspera.
El Apóstol Pablo, bajo la guía del Espíritu Santo, nos deja esta enseñanza sobre la unidad, y dice que tenemos que ser solícitos en guardar la unidad, en la convivencia entre los hermanos en la iglesia, así como en nuestros vínculos familiares y sociales, tenemos que buscar la unidad. Jesús dice "en esto conocerá el mundo que son mis discípulos, en que se amen unos a otros."
En un mundo que vive en guerras, divisiones y separaciones, nosotros como hijos de Dios tenemos que marcar diferencia, viviendo en unidad, cultivando la unidad.
La palabra dice así como fuimos llamados por Dios a ser un cuerpo, un Espíritu, una fe, un bautismo un Dios y Padre de todos.
Dios es uno, por lo tanto debemos buscar la unidad en todo, y desechar las divisiones, las peleas, todo lo que genera separación. Desde la creación, Dios creó al hombre y a la mujer, para que sean una sola carne, y de la Unión de esta pareja nació toda la humanidad, así nació la familia y su propósito es estar unida, una familia en unidad está sana y fructífera, la unidad trae paz y amor, la división trae malestar y dolor. La iglesia es una familia, es la familia de Dios, por lo tanto en la unidad del Espíritu Santo, está la voluntad de Dios en su familia, y está debe ser establecida en la tierra, la oración del padre nuestro dice: "hagase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo".
"Os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados" fuimos llamados a un cuerpo, nuestra vocación es el amor a Dios por sobre todo y a nuestro prójimo. Soportar las faltas de los demás, buscar la unidad es guardar el vínculo con el cuerpo (iglesia) y así cumplimos la voluntad de Dios, como hijos amados. Haciendo esto viviremos en la más profunda paz y bendición, porque nuestra vida estará alineada a la voluntad de Padre Eterno.

Ptr. Aldo Daniel Monegal

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