El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Salmo 91:1
Es la clave de una vida que está bajo la bendición del Eterno. Esta palabra nos revela que vivir en bendición, es una elección, somos nosotros los que decidimos acercarnos a Dios, vivir a su abrigo o vivir fuera de su protección. Habitar al abrigo de Altísimo es vivir en comunión con el Creador, esto significa que en todo momento tenemos conciencia de que estamos en la presencia del Señor.
Entonces su sombra nos cubrirá, todos los beneficios que declara este salmo en todos sus versículos serán para nosotros.
Es una ley espíritual, si vivimos bajo la sombra del Altísimo como fruto tendremos todos los beneficios de la palabra de Dios, las leyes espirituales son como las leyes de la física, la ley de gravedad dice que todo lo que sube debe bajar, hay una atracción que nos mantiene pegados al suelo, así son las leyes espirituales inamovibles. Jesús dijo: buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura; es la misma ley espíritual que está en el salmo noventa y uno.
Las demandas para habitar junto a Dios son según, el salmo son tres: amar a Dios, conocer su nombre, y orar, estas son tres reglas de oro, que nos enseña la palabra de Dios a todos los que desean vivir bajo el amparo del Altísimo, ¿Cuál es tu elección?
Ptr. Aldo
Salmo 91:1
Es la clave de una vida que está bajo la bendición del Eterno. Esta palabra nos revela que vivir en bendición, es una elección, somos nosotros los que decidimos acercarnos a Dios, vivir a su abrigo o vivir fuera de su protección. Habitar al abrigo de Altísimo es vivir en comunión con el Creador, esto significa que en todo momento tenemos conciencia de que estamos en la presencia del Señor.
Entonces su sombra nos cubrirá, todos los beneficios que declara este salmo en todos sus versículos serán para nosotros.
Es una ley espíritual, si vivimos bajo la sombra del Altísimo como fruto tendremos todos los beneficios de la palabra de Dios, las leyes espirituales son como las leyes de la física, la ley de gravedad dice que todo lo que sube debe bajar, hay una atracción que nos mantiene pegados al suelo, así son las leyes espirituales inamovibles. Jesús dijo: buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura; es la misma ley espíritual que está en el salmo noventa y uno.
Las demandas para habitar junto a Dios son según, el salmo son tres: amar a Dios, conocer su nombre, y orar, estas son tres reglas de oro, que nos enseña la palabra de Dios a todos los que desean vivir bajo el amparo del Altísimo, ¿Cuál es tu elección?
Ptr. Aldo
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