Acciones Necesarias

Job 11:13-19
13 Si tú dispusieres tu corazón, Y extendieres a él tus manos;
14 Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more en tu casa la injusticia,
15 Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte, y nada temerás;
16 Y olvidarás tu miseria, O te acordarás de ella como de aguas que pasaron.
17 La vida te será más clara que el mediodía; Aunque oscureciere, será como la mañana.
18 Tendrás confianza, porque hay esperanza; Mirarás alrededor, y dormirás seguro.
19 Te acostarás, y no habrá quien te espante; Y muchos suplicarán tu favor.

La palabra de Dios revela su voluntad para nosotros, los seres humanos estamos acostumbrados a la idea disfrutar lo bueno sin pagar el precio. La salvación es por gracia y no debemos hacer nada para tenerla más que creer en Jesús, identificarnos con el en la Cruz y en su resurrección. Pero este estado de salvación produce frutos en nosotros, hay un cambio de carácter que debe reflejarse exteriormente. También, hay actitudes que son necesarias para que la gracia de Dios nos sea atribuida. Dios abre las puertas de la salvación, pero nosotros debemos dar el primer paso hacia El.
Limpiar nuestras vidas de toda cosa impura, cambiar conductas, dejar lo injusto.
La palabra de hoy vuelve a decirnos que hay un examen personal que debemos hacer, para quitar todo lo que pueda ser un obstaculo para la bendición de Dios. La palabra dice si dispusieres tu corazón y extendieras a El tus manos, disposición y acción, hacia Dios, luego buscar la iniquidad en nosotros para arrancarla de raíz, y limpiar nuestras casas de injusticia. Después de hacer estas cosas, comienzan las bendiciones, limpieza, fortaleza, liberación del temor, prosperidad, dice que en medio de la oscuridad disfrutarás de la luz del Dios, no estarás en confusión, sabrás dónde estás y hacia dónde vas. Dormirás tranquilo y la gente buscará tu ayuda.
Que tremendas son las promesas de Dios, y que fácil son de obtener, solo con abrir el corazón a Cristo y hacer su voluntad, son nuestras para siempre. Es tiempo de comenzar a hacer lo que tenemos que hacer, para que los cielos se abran sobre nosotros, toma hoy la acciones necesarias, y verás lo que sucede en tu vida.

Bendiciones a todos!

Pastor Aldo D. Monegal.

No tengas Temor

El Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré. Génesis 12:1

La Biblia habla de un hombre llamado Abram que confiaba en Dios a pesar de su propio miedo personal.

¿Cómo te sentirías si Dios te dijera que abandones tu hogar, tu familia y todo lo que es familiar y cómodo y encaminarte a un destino desconocido? ¿Lleno de miedo? Eso es exactamente lo que Dios le dijo a Abram que lo hiciera, y eso lo asustó. Pero las palabras de Dios para él fueron «No temas».

Muchas veces creemos que debemos esperar para hacer algo hasta que ya no tengamos miedo, pero si lo hiciéramos, probablemente logremos muy poco para Dios, para otros, o incluso para nosotros mismos. Abram tuvo que salir en fe y obediencia para Dios, a pesar de su miedo.

Si Abram se hubiera entregado al miedo, nunca hubiera cumplido su destino para convertirse en todo lo que Dios le creó para que fuera, el padre de muchas naciones.

Ceder ante el temor altera el mejor plan de Dios para tu vida, así que haz lo que Él quiere que hagas … ¡incluso si tienes que hacerlo con miedo! Como Abram, encontrarás que las recompensas son geniales.

Oración Final: 

Dios, fuiste fiel a Abram cuando te obedeció a pesar del miedo, así que yo también decidí resistir el miedo y hacer lo que me digas.

Joyce Meyer

El perdón

Amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados. Lucas 6:35

Hace unos años, alguien me contó sobre una persona que tenía negocios con nuestro ministerio Mi amigo estaba en el mismo restaurante donde esto estaba sucediendo, sentado en la mesa de al lado, y escuchó su conversación, que simplemente era sobre mí, y no estaban diciendo cosas buenas tampoco. Al principio me enojé y solo quería decirle que nunca tendría negocios nuevamente con él. Pero esa noche, el Espíritu Santo me dijo, «No vas a hacer ninguna de esas cosas». Él dijo: No, Tu harás lo que predicas. Vas a comprarle un regalo, y le vas a decir cuánto aprecias los servicios que te ha dado todos estos años «.

No fue fácil, pero Dios me dio la gracia de obedecer Su dirección y ser una bendición para este hombre.

Lo que más recuerdo de la situación es que tan pronto como comencé a tomar medidas para hacer algo bueno por él, que, de hecho, me divertí haciéndolo.

Cuando podemos mirar a las personas que nos han lastimado con compasión, hay una fiesta que se desarrolla dentro de nosotros por la alegría de Dios que llena nuestra alma.

Entonces, ¿Hoy a quién puedes perdonar y hacer algo bueno por ellos? Práctica el ¡Perdón y sigue el camino que conduce a la verdadera paz y alegría!

Oración Final: Dios, necesito Tu gracia para obedecer tu palabra y hacer el bien a los que me han lastimado. Yo sé que a medida que los perdono y los bendigo, Tú me recompensarás con paz y alegría en mi alma.

Joyce Meyer

Una relación contigo mismo

Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados. Isaías 43:25

¿Alguna vez se te ocurrió pensar que tienes una relación contigo mismo? Puede que nunca lo hayas pensado mucho, pero gastas más tiempo contigo mismo que con cualquier otra persona, y es vital que te lleves bien contigo porque eres la única persona de la que no podrás deshacerte.

Deberíamos amarnos a nosotros mismos, no de una manera egoísta y egocéntrica que produce un estilo de vida de autocomplacencia, sino hacerlo de forma equilibrada, de manera devota que afirme la creación de Dios la cual es esencialmente buena y correcta. Nadie es perfecto, y podemos tener defectos debido a experiencias desafortunadas que hayamos pasado, pero eso no significa que no tengamos valor y seamos unos buenos para nada.

Debemos tener el tipo de amor por nosotros mismos que diga: «Yo sé que Dios me ama, entonces puedo amar lo que Dios elija amar. No amo todo lo que hago, pero me acepto a mí mismo porque Dios me acepta «. Debemos desarrollar el tipo de amor maduro que diga: «Creo que Dios está cambiándome diariamente, pero durante este proceso, no rechazaré lo que Dios acepta. Me aceptaré como soy ahora, sabiendo que no siempre permaneceré así «.

Oración Final: 

Dios, como Isaías 43:25 dice: Tú borras mis pecados y me aceptas, lo que significa que no tengo que rechazarme a mí mismo ¡Soy libre para amarme a mí mismo de una manera saludable porque Tú me amas!

Joyce Meyer

La luz y la verdad

Envía tu luz y tu verdad; estas me guiarán, me conducirán a tu santo monte y a tus moradas. Me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo. Y te alabaré con el arpa, Dios, Dios mío.

Salmo 43:3-4

¡Qué palabra de triunfo! Ahora entiende el salmista lo que está haciendo Dios, guiándole paso tras paso al refugio definitivo de cualquier creyente en cualquier tiempo de prueba: la Palabra de Dios, que es la verdad de Dios juntamente con la luz. La verdad es la Palabra de Dios; la luz representa lo que usted entiende de ella. El salmista clama pidiendo entender la Palabra al leerla y pide luz, que surge de las maravillosas promesas para animar y fortalecer su corazón. Él dice: “Si tú haces esto, entonces mi corazón estará rebosante de gozo y alegría, y yo te alabaré con el arpa porque tú, oh Dios, eres mi Dios, mi Dios personal”. ¡Qué gran revelación es esta!

Llega un momento en todas nuestras vidas en el que descubrimos que el refugio definitivo para cualquier creyente es la Palabra de Dios; es lo que ha dicho Dios. Yo recuerdo un tiempo como este al principio de mi ministerio. Acababa de empezar mi trabajo en PBC cuando un joven que estaba teniendo graves problemas matrimoniales vino a verme para que le aconsejase, y yo intenté ayudarle de la mejor manera que me fue posible y posteriormente le guié a Cristo. Durante unas cuantas semanas se produjo un verdadero cambio en la vida de este joven. Consiguió aferrarse con firmeza a Dios, pero, como sucede con frecuencia, llegó un momento en que su fe fuese sometida a prueba, y se sumió en la desesperación. Un domingo por la mañana me llamó justo antes de la hora del culto y me pidió que le ayudase y que orase por él por teléfono. Yo le dije que en cuanto terminase la reunión en la iglesia, iría a verle. Cuando acabó el culto, fui a verle efectivamente. No contestó cuando llamé a la puerta. Encontrándomela abierta, entré y le busqué, y por fin le encontré en su dormitorio, muerto por su propia mano.

El resto de ese día me sentí angustiado, no sabiendo lo que hacer. Me sentí trastornado y no sabía si deseaba continuar en el ministerio, porque me parecía tan absurdo e inútil. Hice todo lo posible por encontrar ayuda. Estuve orando, pero eso no pareció consolarme. Estuve hablando con otras personas, intenté mantenerme ocupado, pero nada me funcionó. Finalmente, esa noche, temiendo no poder conciliar el sueño, mi esposa y yo sacamos nuestras Biblias y empezamos a leer. Hasta este día no recuerdo lo que leímos, pero sí recuerdo que cada palabra fue como un bálsamo, como un ungüento sanador para mi corazón. En esa época de profunda y oscura desesperación y frustración, el leer la Palabra sanó mi corazón.

Padre, qué agradecido me siento por este asombroso salmo y la manera en que fue una ayuda para mi corazón en tiempos de depresión. Señor, ayúdame a aferrarme a él y a usarlo en mi vida, sabiendo que esto fue escrito para mi instrucción.

Aplicación:

¿Dónde podemos buscar refugio cuando las circunstancias hacen que nos sintamos confusos y doloridos? ¿Qué don produce luz en nuestra confusión, verdad y gozo cuando estamos heridos?

R. Stedman

Prioridades

Romanos 12:11

En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;


Hermanos ¿que es lo que requiere diligencia para nosotros?. Tu respuesta depende de lo que sea más importante para vos en tu vida. Algunos no se dan cuanta de esto hasta que les sucede algún acontecimiento personal que marca sus vidas profundamente y los obliga a revisar su orden de prioridades personales.

Cuando algo se vuelve irreversible, como la pérdida de una vida, o cuando hay un peligro inminente que amenaza nuestra paz o felicidad, toda nuestra escala de valores se tambalea, y aprendemos que lo único importante es Jesús, porque de Él depende todo, lo que somos, lo que tenemos, nuestro presente y el futuro, todo está en Él.

Si Jesús es el centro de tu vida, entonces sabes lo que requiere diligencia. De lo contrario seguirás dando vueltas en el desierto de las cosas ilusorias, temporales y pasajeras, vagando sin rumbo, en esta vida. Vuelve a Jesús, él es tu tierra prometida, en él están todos los tesoros de la vida, con Jesús lo tienes todo, sin Jesús no tienes nada. Vuelvo a preguntarte ¿Qué es lo que requiere diligencia en tu vida?


Pastor Aldo Daniel Monegal

Los sirvientes y los Eliseos

Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?

El le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.

2 Reyes 6:15-16


La adversidad viene sin aviso, de pronto nos encontramos rodeados de problemas y dificultades como dice el proverbio secular "de la noche, a la mañana". Los problemas son como el mal tiempo, a veces no se pueden pronosticar, son escenarios negativos que nos plantean imposibilidad, son como las montañas que  se interponen en nuestro camino. 

La pregunta que se hace la gente en general es, ¿Si creo en Dios, porque estoy rodeado de problemas? Y la respuesta es que Dios promete estar con nosotros cada día y darnos la victoria, la paz y los recursos necesarios para la vida, pero las dificultades y los problemas seguirán presentándose, porque son la herramienta que Dios usa para perfeccionar a sus hijos, sin batalla no hay victoria.

En este relato bíblico, tenemos dos tipos de personas, el profeta tipo del creyente maduro que depende de Dios y confía plenamente en Él, y el sirviente, tipo del creyente que, a pesar de creer en Dios, su confianza está en el hombre, necesita alguien que haga de mediador entre Dios y él mismo, piensa que Dios no le escucha que no puede acceder a su trono de gracia para relacionarse personalmente con el Creador, y que sólo el "varón de Dios" tiene este privilegio, por tanto su confianza en la deidad está puesta en aquel hombre de Dios. 

Es más cómodo dejar que otro haga el trabajo por nosotros, las personas que son como el sirviente, no quieren acercarse a Dios porque tienen temor al compromiso, saben que la demanda del Señor es dejarlo todo y seguirlo sin reservas, y como no están dispuestos, buscan a un sustituto que les haga de mediador, a un Eliseo, un pastor, o un mentor.

No está mal, tener un mentor o un líder que nos ayude a crecer en nuestro andar con Dios, pero nuestra confianza debe estar puesta en el Creador.

El sirviente ve el problema, un ejército amenazante, un escenario negativo delante de él, pero no tiene la visión para ver la ayuda de Dios, la solución divina, pero los "Elíseos" tienen los ojos abiertos no solamente para ver las dificultades naturales, sino para ver la providencia de Dios a su favor. 

Los Eliseos viven confiados aunque estén rodeados de ejércitos enemigos, porque ellos pueden ver a los ángeles que acampan alrededor de ellos, para defenderlos. Los Elíseos confían plenamente en Dios, hablan con Él, tiene una relación íntima, personal con el Padre Celestial, por eso tienen sus ojos abiertos, tiene visión de parte de Dios. Los Elíseos bendicen por su propia fe a los que son como el sirviente, los ayudan a ver lo que no pueden percibir, Orán para que los ojos de los ciegos se abran y en medio de la frustración y la desesperanza saben dar palabra de aliento diciendo: no temas, porque más son los que están con nosotros, que los que vienen contra nosotros.


Ptr. Aldo D. Monegal