La vacuna divina

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Isaías 53:4


Desde que comenzó la pandemia, todo el mundo está esperando el remedio para la enfermedad, los laboratorios farmacéuticos están en una carrera, por ser los primeros en obtener el remedio para el Coronavirus. Todos ponen su esperanza en la vacuna, que los librará de esta pandemia global. 

La biblia dice que la peor enfermedad que sufre la humanidad tiene su origen en el pecado, esta es la causa de todos los males, está escrito que "la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). Desde el principio el pecado trae maldición a la tierra, y la humanidad fue contaminada con esta plaga, el resultado está a la vista, violencia, odio, destrucción, enfermedad, hambre y muerte. Pero no todo está perdido, hay una salida, para la humanidad, Dios le otorga una nueva oportunidad de vida y bendición. Estaba escrito en las sagradas escrituras que Dios enviaría un salvador, en el libro del profeta Isaías, cientos de años antes del nacimiento de Jesús, el profeta escribió sobre su obra en la cruz, y declaró que Jesús llevaría en sus heridas nuestras enfermedades y dolores "para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias." (Mateo 8:17). El mundo necesita volver a Dios, creer en Jesús, arrepentirse de los pecados cometidos, y recibir perdón para ser sanados, si no quitamos el pecado de nosotros, la enfermedad y todo lo malo nos perseguirá, Jesús es el remedio, y la vacuna contra el pecado y la muerte, el Covid 19 amenaza a la humanidad entera, provocando un sin número de males colaterales, pero solo es un virus, Dios es más poderoso que cualquier virus, enfermedad, o mal que pueda existir bajo el sol, Jesús venció a la muerte en la cruz, y todo el que crea en Él recibirá vida eterna, la victoria sobre todo lo malo está asegurada para aquel que cree. La sangre de Jesús derramada en la cruz quitó el pecado en un día, y quebró la maldición de la muerte, ese poder está disponible para todos los que acuden a Jesús con un corazón arrepentido, Dios prevee una oportunidad única, para toda la humanidad. Si tú esperanza está en Dios, seguro que no serás defraudado.

P. Aldo Monegal

A quien temer

No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. 

A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.

Isaías 8:12-13


Conspiraciones, guerras y planes para establecer lo malo se propagan por el mundo, las personas tienen miedo, y el temor genera más confusión. Se multiplican los rumores sobre peligros ocultos, sobre los planes de los poderosos por aplastar a la humanidad. El pueblo de Dios también sufre la opresión de este temor colectivo, y muchos caen en la corriente de este mundo que vive sin esperanza de salvación. Pero la biblia nos dice que el temor es un principio de sumisión a algo, en estos versículos de Isaías, Dios dice: "no teman a todo lo que ellos temen, ni tengan miedo". Una de las palabras que más abunda en las escrituras es "no temáis", Jesús lo dijo muchas veces en sus enseñanzas. Este mundo teme a muchas cosas y ese temor crece cada día, las causas también se multiplican, pero el que confía en Jehová vivirá confiado. El peligro para el pueblo de Dios es reemplazar el temor de lo malo, por el temor a Dios. Job sabía muy bien esto cuando declaró: "lo que temí me sobrevino", es una ley espiritual el temor abre la puerta a aquello que tenemos, por eso Dios nos dice no temáis. Muchos hijos de Dios cayeron en la trampa del temor de este mundo, y están desenfocados en la fe, la única forma de corregir este error es enfocar nuestro temor en Dios, es el único digno de ser temido, como dije antes el temor es una forma de sumisión, no te sometas a otra cosa que no sea a Dios, hacerlo es semejando a servir a un dios falso. Dios te dice no escuches tanto lo que este mundo dice, no le tengas miedo a lo que ellos le temen, porque tú no eres de este mundo, teme a Dios, porque él está sobre todo, él tiene control sobre la vida y la muerte, y más allá. Si enfocamos bien nuestra fe, y nuestro temor a Dios, tendremos descanso y se llenará de paz nuestro corazón. El resultado está en el versículo catorce : "Entonces él será por santuario;" nuestro temor a Dios nos abre la puerta a su santuario, los hijos de Dios no tienen miedo a lo que el mundo teme, el único motivo de nuestro temor es nuestro Padre Celestial.

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Ángeles

Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.

Salmo 91:11

Los Ángeles de Dios son enviados para ayudar a sus hijos, la Biblia está llena de relatos sobre la asistencia de ángeles a favor del pueblo de Dios. Desde el antiguo testamento hasta el Apocalipsis, los ángeles son descritos como espíritus ministradores a favor del pueblo de Dios (Hebreos 1:14). Daniel fue visitado por ángeles y arcángeles, Ezequiel, y los demás profetas, Jesús fue asistido por ángeles luego de la tentación en el desierto (Marcos 1:13). Los Apóstoles fueron ayudados, liberados de las cárceles, y advertidos por medios de mensajes de parte de Dios, por ángeles de Dios, cuando Jesús resucitó ángeles fueron los que estaban en el sepulcro, y movieron la piedra para que los discípulos vean que Jesús no estaba allí. La ayuda de estos seres enviados de parte de Dios, son una realidad para la iglesia de hoy, y tenemos que ser conscientes de su servicio a los que somos herederos de la salvación. Es reconfortante saber que Dios envía ángeles a defender y ayudar a sus hijos, Dios mismo está con nosotros porque Jesús nos prometió así: "y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." Mateo 28:20. 
Estos servidores angelicales no deben ni requieren ser adorados, "Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía." Apocalipsis 19:10. Los Ángeles son consiervos nuestros, y nos ayudan en nuestros andar con Jesús, ellos también pelean por nosotros y nos defienden del mal,  "El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende." Salmo 34:7. No estamos solos, en nuestro caminar, Jesús está con nosotros, y los ángeles también, pide al Padre que envíe ángeles para ayudarte, y defenderte, es promesa de Dios.

El Ojo de Dios

18  He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia, 

 19  Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre.

 20  Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.

 21  Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado.

 22  Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Según esperamos en ti.

Salmo 33:18:22


La confianza en el Señor, nos lleva a esperar en él, no es una espera pasiva, vivimos nuestra vida cotidiana hacemos nuestros quehaceres, pero en el espíritu estamos esperando en Dios. Y sabemos que la mirada del Todopoderoso está sobre nosotros, y que a veces sin pedir, Dios nos bendice y nos guarda de todo mal. Hoy esta palabra del libro de los Salmos, nos recuerda que Dios está atento a nosotros, su mirada está puesta en tí y en mí, pero no es una observación pasiva, así como nuestra confianza en él es activa, su mirada sobre nosotros significa que constantemente su mano se mueve para guardarnos, guiarnos, y proveernos de todo lo que necesitamos. Además nos guía para no caer en el peligro, nos guarda de la muerte, es un escudo para nosotros contra todo lo malo, que bueno es saber que aunque no lo vemos, Dios nos cuida y su mirada está sobre nosotros para bien. Este salmo habla de la omnisciencia y de la omnipresencia de nuestro Dios, no hay nada semejante a él, por lo tanto podemos decir como el salmista: de quién temeré! Cuánto más esperamos en Él, mayor paz tiene nuestra alma, podemos decir que descansamos en Dios, y podemos alegrarnos, sabiendo que sus ojos están puestos sobre nosotros! Que tu corazón descanse en el Señor.

Pastor, Aldo D Monegal.

Frutos

Juan 15:16
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Vos SOS un/@ escogid@ de Dios, ya no podemos escapar de su llamado, pasamos de muerte a vida, pasamos de ser criaturas de Dios a ser hijos de Dios. Ahora tenemos que nutrir nuestro espíritu con la palabra de nuestro Padre, para crecer. Pero además Dios nos escogido con el propósito de que llevemos fruto, para vida eterna, los frutos del Espíritu, son amor, gozo, paz, fe, mansedumbre, y templanza. Pero además nuestras obras cuentan como frutos, predicar y compartir el mensaje del Evangelio, hablarle del amor del Padre a otros, decirles que Jesús es la salida, orar por los angustiados, los enfermos y los perdidos, es dar fruto. La promesa es que todo lo que pidamos al Padre lo recibiremos en el nombre de Jesús. Hoy es tiempo de comenzar a dar fruto, si plantamos un árbol frutal y pasado el tiempo no nos da fruto, seguramente lo reemplazaremos por otro. Hay árboles que dan fruto, pero tienen un tiempo de maduración para comenzar a dar sus primeros fruto, algunos tardan años en dar sus primeros frutos. Pero el labrador sigue regando sus raíces con agua, y abonando su tierra, podando sus ramas, lo cuida, porque sabe que a su tiempo dará fruto. Así hace Dios, nos cuida, nos abona, nos poda a veces, aunque al principio no dimos fruto, el sabe que llegara el momento de dar el fruto esperado, por eso Dios nos escogió. El sabe que sus escogidos darán fruto al mil por uno, el te cuida, como el labrador cuida a su plantío. Tu propósito es dar fruto abundante para Dios, y todo lo que necesites lo recibirás de El.

Bendiciónes a todos!
Pastor Aldo.

Confesión

"El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia" Proverbios 28:13.

La palabra de Dios es muy clara cuando dice que es necesario confesar delante de Él nuestros pecados, esto es reconocer nuestra condición como seres humanos delante de Dios, como pecadores, reconocer que tenemos una lucha constante contra el pecado, y que es nuestra naturaleza pecar contra Dios, reconocer nuestras culpas y errores es el primer paso hacia el arrepentimiento, el perdón y la bendición. El no hacernos cargo de nuestros pecados contra Dios y su palabra trae consecuencias:"Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día." Salmo 32:3 esta palabra nos enseña que el pecado trae sufrimiento y enfermedad, además de muchas consecuencias más. Pero el arrepentimiento es una puerta que nos lleva a la salida, y ser conscientes de nuestra condición delante de Dios nos guía hacia el arrepentimiento: "Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado." Salmo 32:5. El Evangelio comienza con el ministerio de Juan el Bautista, él abrió la puerta del arrepentimiento, guiando a multitudes a bautizarse para recibir el perdón Divino, y preparar los corazones para recibir a Jesús. El Apóstol Pablo en la carta a los Romanos, sus primeros capítulos, habla muy claro de la condición del hombre y de la necesidad de reconocer el pecado y arrepentirse como primer condición para la salvación. El arrepentimiento es una acción, pero también es un estado, es reconocer que somos inaceptables para un Dios que es tres veces Santo, que nos da la oportunidad del perdón y la restauración, pero además es un estado, porque el arrepentido se esfuerza por cambiar y hacer la voluntad de aquel que le perdona. Jesús es la puerta por donde entran los arrepentidos, y encuentran la salvación "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros." 1 Juan 1:9-10. Hoy es necesario que comprendamos, lo importante que es reconocer nuestros errores y pecados, cada día debemos pedir perdón, y caminar por el sendero del arrepentimiento, que no es sentirse todo el tiempo culpable, más bien es reconocer humildemente nuestra necesidad constante de Jesús "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo" 1 Juan 2:1.

El pecado es un enemigo mortal, y Jesús vino para libertarios de él, cada día tenemos que limpiar nuestras manchas de pecado, por medio del arrepentimiento, acudiendo a Jesús el único camino al Padre. "Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado" Romanos 4:8. Recordemos que el arrepentimiento es la puerta que por medio de la fe en Jesús nos lleva a la salvación y liberación eterna.


P. Aldo.

La gran provisión

Lucas 12:22-23
22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.

En este tiempo de anciedad y preocupación está palabra es para nosotros. La crisis económica mundial amenaza el bienestar económico de todos, pero los que confían en Jesús debemos estar en paz. Jesús pronunció está palabra hablando a sus discípulos, a todos aquellos que le siguieron, y hoy nos habla a nosotros, la ansiedad es una plaga en éstos días, que enferma a la gente, pero también es causa de la falta de fe. Los incrédulos sufren la ansiedad y la crisis, pero los discípulos están enseñados para no sufrir la ansiedad porque saben que el Señor los guarda. El nos enseña que cosas son importantes y cuáles no, solo sus discípulos oyen y actúan en su palabra. La razón principal para no estar preocupado, es el cambio de valores que el Señor nos revela en su enseñanza, la vida es más que la comida, y el cuerpo es mas que el vestido, la vida y el cuerpo dependen de Dios. La crisis pasará, lo malo pasará, pero los que confiamos en el Señor permanecen confiados para siempre, porque él nos sustenta, así como sustenta al mundo y todo lo que en el habita, así nos proveerá todo lo que nosotros necesitamos para vivir. Dios sostiene al mundo en perfecto equilibrio, la naturaleza, la creación todo lo hizo perfecto. Y también tiene abundante provisión para nosotros que somos sus hijos, los que llevamos la imagen y semejanza del Creador. Cambia tu escala de valores, y cree en el Señor tu Padre y nada te faltará.

Buen domingo!!

P. Aldo