Cristo es el Señor

Romano 10:8-11

 8  Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:

 9  que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

 10  Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

 11  Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.


Está palabra que el Apóstol Pablo nos deja en la carta a los Romano, es una declaración directa que Dios hizo a su pueblo hablando sobre la obediencia y la restauración, en el antiguo testamento, por medio de Moisés, en Deuteronomio 30:11-14.

Es maravilloso como toda la palabra de Dios habla una misma cosa, en el texto del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios es puesto delante de la bendición y la maldición, era el pueblo del pactó, pero ese acuerdo implicaba que si obedecían a Dios en todo serían bendecidos en todo, pero si no cumplían con el pacto, todas las maldiciones anunciadas en el pacto, caerían sobre el rebelde. 

Esto tiene que ver con la justicia de Dios, bendiciendo a los obedientes y enviando maldición sobre los rebeldes, y luego dice Dios en su palabra, que no es difícil obedecer, no hay que subir al cielo, ni cruzar el mar para obedecer el mandamiento, solo hay que amar a Dios y andar en sus caminos, solo por amor. En este tiempo presente, en el que vivimos, tiempo de gracia, también hay algo de aquellas demandas, Jesús dijo a sus discípulos que:  "El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado" Mateo 16:16.

Cuántos hay que dicen creer, de sus labios para afuera, pero en sus vidas no se ve, creer es obedecer, y la desobediencia es incredulidad. El que ama a Dios como un Padre, lo buscá, los adora, Lee y pone por obra su palabra, su carácter refleja su obediencia y fe en Dios. 

Los religiosos del Antiguo Testamento, se esforzaban por cumplir cada palabra de la ley ritual y moral, estaban tan enfocados en esto que comenzado a creer que Dios los justificaría, por cumplir al pie de la letra una serie de preceptos y mandatos, imposibles de realizar, a la perfección, se olvidaron que la mayor exigencia de Dios era la más fácil de todas las demandas, Dios solo pide que lo ames "porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella." (Deuteronomio 30:16)

Hoy en esta época, también existe el peligro de olvidar, que Dios no te justifica por lo que haces, tampoco alcanzarás la salvación por creer a tu manera, o buscar como a ti te parece a Dios, esto sería una señal de tu desamor. También el arduo servicio ministerial, tareas interminables en la iglesia, no aseguran la salvación, nada de eso significa que estás ganando el favor del altísimo, sabés ¿por qué? Porque el favor de Dios no se gana, él lo regala a quien él quiere, cuando ve la intención de un corazón que ama desinteresadamente a Dios.

Esta palabra de Romanos que leemos hoy, nos recuerda que, no tenemos que hacer nada, Cristo ya lo hizo todo por nosotros, solo nos resta amar a Jesús, como él nos amó, creer con el corazón y confesar con la boca que Jesús es el Señor.


P. Aldo.

La tarea del discípulo

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 

Mateo 25:35-36

Cuando hablamos de discipulado, ser un seguidor de Jesús, siempre nos enfocamos en los requisitos, o demandas del Señor. Tomar la Cruz y seguirlo, dejar todo por ir en pos de él, poner las manos en el arado, son algunos de los principios del discipulado. Pero todas estas demandas, tienen algo en común, y es que están enfocadas en nuestra actitud hacia Dios. Todas ellas tiene que ver con el primer mandamiento más importante de la ley hebrea, en el antiguo testamento, y que Jesús declara cuando un religioso le pregunta cuál es el mayor mandamiento: "Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primer y más grande mandamiento." (Mateo 22:37-38) por ser el mayor mandamiento le damos más atención que a ningún otro, y aveces nuestro servicio está tan centrado en este principio, que nos olvidamos que hay un segundo mandamiento muy importante " Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Mateo 22:39)
Nuestra adoración a Dios debe ser total, el es el centro de nuestro ser, pero amar a nuestro prójimo es parte de nuestra adoración a Dios, Jesús manifestó el hecho de amar a nuestros semejantes, en todo su ministerio terrenal, en sus enseñanzas, y su muerte por nosotros en la cruz.
Esto quiere decir que amar a nuestro prójimo y dar, como Jesús dió su vida, es adorar a Dios, y hacer su voluntad. En estos versículos que leemos de Mateo, Jesús remarca la importancia de nuestro servicio al prójimo, todo lo que hacemos a los necesitados, es servir a Jesús. Nos agrada saber que Jesús es nuestra defensa, cuando estamos en dificultades, sabemos que todo lo que nos hacen a nosotros, se lo hacen a Jesús, y él nos defenderá. Pero ahora debemos pararnos de la vereda contraria, y dejar de ver lo que nos pasa a nosotros para preocuparnos, por lo que pasa con nuestro prójimo, ayudar al necesitado, asistir al pobre, orar por el enfermo, visitar a los encarcelados, y todo lo que pueda ser de ayuda a nuestros semejantes, es la voluntad de Dios, pero también es lo que más nos cuesta hacer. 
Oremos para que Dios nos capacite, para sentir lo que Jesús sintió por nosotros, y lo que siente por los necesitados, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismo, o mejor dicho cómo Jesús nos amó a nosotros.


P. Aldo.

Deja tu carga en Dios

Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. Salmo 55:22

Los consejos de la palabra de Dios son sencillos, y lo más maravilloso de la sabiduría de Dios es que está disponible para todos, y nadie tiene posibilidad de quedar exceptuado ni del conocimiento de su consejo ni de sus beneficios. El versículo que leemos hoy tiene un consejo que todos lo que confiamos en Dios debemos practicar,  el dejar nuestras cargas en Dios, significa renunciar a la autosuficiencia, es reconocer que no podemos solos, y que necesitamos de la ayuda de Dios. 
Hay gente que no deja sus cargas en el Señor por diferentes motivos, algunos creen que molestan a Dios con sus problemas, otros están tan ansiosos por resolver su carga que dicen: "mejor lo hago por mi mismo, y soportó la carga". Están los que no se acuerdan, que Dios está disponible para ayudar, tiene a Dios solo como una religión para los días de iglesia, pero no creen que pueda llevar sus cargas. El consejo de Dios es sencillo, pero ¡qué difícil le es al ser humano poder hacerlo! 
Así muchos viven enfermos, angustiados, cansados hasta el punto de caer exhaustos, y no solamente la gente incrédula, hay muchos cristianos que no saben echar sus cargas a Dios, y padecen muchos males, por está causa. Dejar nuestra carga en Dios es la llave para abrir la puerta de la provisión divina, fíjate lo que dice el versículo que estamos leyendo: Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará ! Dios nos bendecirá cuando demostramos nuestra confianza en Él, mientras luchemos con nuestras propias fuerzas, intentando resolver y sobrellevar las cargas por nuestros propios medios, no encontraremos descanso, hasta quedar sin fuerzas, pero en el momento que entregamos a Dios la carga, la puerta del sustento divino se abrirá para nosotros.
La palabra termina con la siguiente afirmación: No dejará para siempre caído al Justo. Esa es la razón de nuestra confianza, saber que nuestro Padre Celestial, no quiere que caigamos bajo el peso de las dificultades, él quiere ayudarnos, quiere que contemos con él, como un hijo cuenta con su padre. Jesús dijo: vengan a mí los que están trabajados y cansados, y yo los haré descansar. 
Recuerda ir a Jesús cada día y dejar a sus pies la carga, mejor dejemos que el Señor regule nuestra carga, porque él sabe lo que es mejor para nosotros, y su anhelo es bendecirnos, hoy es el día de descansar en el Señor!

P. Aldo Daniel Monegal

El manto

Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.

1 Samuel 24:5


David tenía la oportunidad de matar a Saúl, Dios lo puso en su mano, pero David tenía un corazón recto, y se perturbó al cortar un pedazo del manto del Rey.

El manto representa la unción, cortar un pedazo del manto fue atentar contra la unción que estaba sobre aquél hombre, y que fue puesta por Dios. David sabía que Saúl era su enemigo, y tenía la oportunidad de terminar con su vida, y tomar el manto de Saúl, por la fuerza. Pero también entendía que no se puede robar la unción, lo que Dios le da a una persona, no puede ser robado, el manto de Saúl, la unción no tendría poder sobre otro hombre, la Unción que cada uno recibe de Dios es personal, y no la recibimos de otro hombre, sino de Dios. Elias dejó caer su manto al ser llevado al cielo, y lo tomó Eliseo, pero esa unción que recibió Eliseo no era la misma que tenía Elias, fue una unción especialmente dada para Elíseo. 

Atentar contra la unción que está sobre un hombre o mujer de Dios, es atentar contra el Espíritu Santo, por eso podemos ver gente portadora de tremendos mantos y llenos de defectos, como Saúl, pero aún así el manto que está sobre esa persona debe ser respetado. Podemos ver gente que quiere apropiarse del manto de algún líder,  pero lo único que hace es pelear contra Dios, y obstaculizar al sier@ de Dios. También hay gente que no tiene problemas, para atacar y cortar el manto de otro, pero debemos saber que a su tiempo caerá el juicio de Dios sobre ellos. No envidies el manto de otro, no intentes robar lo que otro tiene, a cada cual Dios entrego una unción, un don, una autoridad, un manto, personal, esfuérzate porque si eres fiel, Dios tiene preparada una unción especial para tí, que será únicamente tuya y no de nadie. Aprendamos de David, que no se dejó llevar por las emociones, y supo respetar la unción, de aquél rey que procuraba matarlo, y por su recto corazón en el tiempo determinado por Dios, David llegó a ser rey, con una unción mesiánica, única y legítima. Dios dijo de David que su trono sería para siempre, y de su linaje vino el Cristo, David fue el hombre del cual Dios dijo: tiene un corazón conforme a mi corazón, el corazón de la persona marca la diferencia y es determinante al momento de recibir algo de parte de Dios. 

Aprendamos de esta lección de la palabra de Dios a ser varones y mujeres de recto corazón, a colaborar con aquellos que son portadores de un manto de autoridad, porque de esa manera recibiremos herencia de parte de Dios, y un manto especialmente preparado para nosotros. 


Dios los bendiga.
P. Aldo D. Monegal

El propósito divino

Tendieron una red ante mis pasos,
Y mi alma fue oprimida,
Cavaron un hoyo delante mío, pero ellos mismos han caído en él.

Salmo 57:6

Cuando una persona decide ponerse en las manos de Dios, acudiendo a su llamado, entra a formar parte de los propósitos del Señor. Nada puede torcer lo que Dios determinó sobre aquel que escoge para cumplir su voluntad, el que se entrega a la voluntad de Dios para servirle, entra en un río caudaloso en el que ya no controla hacia dónde se dirige, porque el caudal del río lo arrastra hacia su destino profético.
Así sucedió con cada uno de los hombres y mujeres que Dios usó para ejecutar su plan, Abraham, David, Ana, fueron vidas que Dios usó para cumplir con un propósito específico, y aunque tuvieron oposición, al ser atacados, perseguidos, difamados, heridos, rechazados, nada pudo sacarlos de lo que Dios determinó para ellos, no cayeron, ni sucumbieron bajo la presión de los oponentes, porque Dios los sostuvo, los defendió y les dió la victoria.
David estaba en la cueva de Adulan, escapando del rey Saúl, Dios ya había determinado en la eternidad, que Saúl fuese destituido, y que David fuera rey, pero esa transición estaba bajo la dirección de Dios. David sabía que nada podía detener la voluntad de Dios, dejo todo en sus manos y se propuso obedecer a Dios, en todo no trato de obtener el lugar de Saúl por la fuerza, dejo que sea Dios el que quite a Saúl y le entregué el trono. Por eso soporto, el ser desterrado, difamado, tendieron trampas a sus pies, fue oprimido pero conservó su fe en Dios, sabía que todo lo que hicieran contra él, se volvería contra sus mismos enemigos, ya que Dios estaba al control de su vida nada podía salir mal.
No dejes que los que se oponen te causen aflicción, si decidiste servir a Dios, deja que el Señor sea tu defensa, el peleará por tí, por qué estás cumpliendo su propósito, estás en su voluntad, y en el lugar que el te puso, nada te moverá. Recuerda respetar el lugar que Dios le dió a tu prójimo, David nunca sobrepasó a Saúl mientras fue rey, y por está causa el mismo alcanzó el reinado, y fue guardado de sus enemigos.

El Eterno

He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír 

Isaías 59:1


Dios no cambia su poder es el mismo siempre, y sus oídos siempre están atentos a la oración. Hay tiempos en los que parece que nuestra oración no es recibida por Dios, la ansiedad nos juega una mala pasada, pensamos que vamos a recibir lo que pedimos cuando nosotros queremos, estamos acostumbrados a ordenar, exigir, que se nos haga lo que queremos, y olvidamos que Dios es Señor y Rey. Cuando las cosas no salen como pensamos, aún así debemos seguir confiando en Dios, y no olvidar que nada es imposible para el Señor, y que siempre escucha la oración.

El profeta Isaías, declaró está palabra, que leemos hoy, en un momento de incertidumbre que vivía la nación de Israel, buscaban a Dios a su manera, y esperaban obtener lo que pedían sin comprometerse a obedecer a Dios. Si partimos de la idea de que Dios no está a nuestro servicio, que no tenemos derecho de recibir nada de Él, entenderemos que hay demandas de Dios que es necesario cumplir, el Señor no escuchará al pecador, el Dios Justo no bendecirá al que vive practicando la injusticia. El no recibir, no significa que precisamente que Dios no escucha, no ver un milagro en lo que pedimos, no quiere decir que Dios no pueda hacerlo, el principio qué debemos recordar siempre es que el es el Todopoderoso, es omnisciente, y que lo único que puede bloquear nuestra oración es el pecado que está en nosotros. La voluntad de Dios es bendecir a sus hijos, el quiere que nos gocemos en él, por eso nos Dios un pacto nuevo, en la sangre de Jesús, promete librarnos del pecado, y poner su Espíritu en nosotros para que vivamos en su voluntad, así todo lo que pidamos lo recibiremos, en el nombre de Jesús, y su poder se manifestará a favor de nosotros. Dios permanece inmutable, el Eterno es el mismo siempre y para siempre, no dejes de orar y pedir por imposibles en el nombre de Jesús.


P. Aldo.

La esperanza de salvación

1 Tesalonicenses 5:5-9 (NTV)

 5  Pues todos ustedes son hijos de la luz y del día; no pertenecemos a la oscuridad y a la noche.
 6  Así que manténganse en guardia, no dormidos como los demás. Estén alerta y lúcidos.
 7  Es en la noche cuando la gente duerme y los bebedores se emborrachan.
 8  Pero los que vivimos en la luz estemos lúcidos, protegidos por la armadura de la fe y el amor, y usemos, por casco, la confianza de nuestra salvación.
 9  Pues Dios escogió salvarnos por medio de nuestro Señor Jesucristo y no derramar su enojo sobre nosotros.


La palabra de Dios siempre nos habla de la diferencia entre el justo y el injusto, la luz y las tinieblas. En esta porción de la primera carta a Tesalónica, Pablo habla sobre el fin de los tiempos y el día de la salvación, o la venida del Señor, seguramente contestando a las preguntas de algunos hermanos. Una vez más el Apóstol de los gentiles, nos habla de nuestra nueva identidad, somos "hijos de la luz no de las tinieblas" la importancia de saber quiénes somos, determina que somos en el presente y el futuro. Cómo hijos de Dios, marcamos diferencia en todo, nuestras actitudes, la forma de reaccionar a los problemas que enfrentamos, la visión que tenemos del mundo y el futuro, son diferentes a los demás. Cómo hijos de Dios debemos conservar nuestra identidad, mantener la actitud, sin olvidar que no somos de este mundo, no corremos en la misma dirección que los demás, nuestra perspectiva del presente y el futuro son diferentes, y no depende de la situación que vive nuestro entorno, somos hijos de la luz aunque vivimos en un mundo de tinieblas. 
Todos duermen espiritualmente, esto quiere decir que el mundo es indiferente a Dios y su mensaje, y el peligro está en que esa indiferencia del mundo, contagie a los hijos de Dios y bajen la guardia, que se descuiden y se duerman, lo contrario es velar mantenerse despierto aunque sea de noche. 
El entorno en el que vivimos es contrario, a nuestra nueva naturaleza, el mundo está lleno de maldad, nosotros pertenecemos en un reino de amor, el mundo está en oscuridad, nosotros pertenecemos al reino de la luz, las personas que pertenecen al mundo viven esclavizadas, son víctimas de la oscuridad y la maldad, y actúan según su naturaleza, son agresivos, sin afecto, soberbios, envidiosos, traidores, mentirosos, pero también sufren las consecuencias de su propia naturaleza, que es enfermedad, depresión, desesperanza, miedo, frustración, derrota, están vacíos por detrás, y no encuentran la salida. 
Los hijos de Dios no podemos olvidar que esas cosas que antes nos oprimían ya no tiene poder sobre nosotros, ahora nuestra naturaleza, procedencia e identidad es celestial, tenemos promesas para el futuro inmediato, lejano y eterno. Sabemos que nuestro Padre Celestial nos escogió para ser salvados, y no caerá sobre nosotros el juicio de Dios, porque Cristo derramó su sangre para salvarnos, y por medio de la fe en Jesús ahora somos hijos de Dios.
La palabra de Dios refresca nuestra memoria, no debemos olvidar nuestra identidad, tenemos que enfocarnos en la esperanza de salvación, presente y futura que está disponible para nosotros en todo momento. Que nada te desanime, ni los problemas, ni la maldad de la gente, ni el presente ni el futuro, todo es posible para el que cree.

Tu confianza

Siempre habrá alguna razón por la cual preocuparnos: pagar la renta, las cuentas del mes, la salud, los planes, en fin la lista pudiera ser interminable. Ante esta realidad tenemos dos opciones para enfrentar estos retos: el primero es luchar en nuestras propias fuerzas y ver cómo le hacemos, o como segunda opción pudiéramos confiar en que Dios nos proveerá de todo lo que nos falte.
Si vivimos por fe en la promesa de un futuro asegurado en Él, será muy difícil que la ansiedad pueda sobrevivir. Las riquezas de Dios para ti son inagotables no sólo en el área material o económica sino en lo espiritual, emocional, vocacional, etc. Él realmente quiere que no nos preocupemos por nuestro futuro. En la carta a los filipenses , Pablo dice:
Por eso, de sus riquezas maravillosas mi Dios les dará, por medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta
Filipenses 4:19
Deberíamos combatir la INCREDULIDAD que nos llega ante el estrés con esta PROMESA.Flipenses 4:19
Jesús quiere que dependamos de Él en cada área de nuestra vida, no solo ante las circunstancias difíciles sino en todo tiempo aun con las cosas pequeñas que pudiéramos pensar ya tener resueltas. 
Deja que hoy tu vida sea un reflejo evidente de que has puesto tu confianza en Dios, no le tengas miedo a nada, no permitas que las preguntas de inseguridad que quieren llenar tu mente te confundan. Ora por todo y sé fuerte.
Bendiciones para este comienzo de la semana!!

El Espíritu Santo

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 

Efesios 4:30


El Espíritu Santo es una persona, que pertenece a la deidad, es la tercera persona de la Trinidad, Padre, Hijo ,y Espíritu Santo. Debemos saber que el Espíritu vive en nosotros, el Apóstol Pablo dijo: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16) es importante no olvidar que fuimos "sellados" con el Espíritu Santo. 

Desde el momento en el que nacimos de nuevo, el Espíritu de Dios vive en nosotros, para guiarnos, para santificarnos, y equipar con todo lo que necesitamos para la vida y ministerio. Por eso es tan importante el Espíritu Santo, y debemos cuidar su presencia en nosotros, cultivar una relación cada vez más profunda con él.

Pero este versículo de Efesios que leemos hoy, dice que es posible que contristemos, o que pongamos triste al Espíritu Santo, también que podemos ofender al Espíritu, ¿De qué manera? Haciendo lo que a Dios  no le agrada, viviendo una vida opuesta a la voluntad de Dios, volviendo atrás, dándole la espalda a Dios. Todas estas cosas entristecen al Espíritu Santo, y persistir en ello puede resultar en que finalmente se retire de nosotros, y quedemos vacíos de la presencia de Dios.

La presencia del Señor está con nosotros todo el tiempo, para ayudarnos, y darnos poder para vivir una vida de victoria. Tenemos el privilegio de portar la presencia de Dios, algo que los antiguos hombres y mujeres de fe, no pudieron disfrutar, pero hoy nosotros Garcías a Jesús, llevamos en nosotros, el Apóstol Pablo dijo:"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros," (2 de Corintios 4:7)

Ignorar, despreciar, ofender, o entristecer al Espíritu de Dios, es algo muy grave, y peligroso. Jesús hablo sobre esto y dijo: "Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada" (Mateo 12:31) 

¿Cómo está tu relación con el Espíritu Santo? Dios te ama por eso quiere vivir en tí, para darte todo lo que anhela tu corazón, una vida de paz y bendición, alaba a Dios y cultiva tu relación con él por medio del Espíritu Santo. 


P. Aldo.

Los desiertos de Dios

Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie.

Deuteronomio 29:5


Los desiertos tienen mucho significado en la palabra de Dios, la región donde se desarrolló el relato bíblico, estaba rodeada de desiertos. Cuando Israel vivía en Egipto, bajo la esclavitud de faraón, Dios envío a Moisés para libertar a su pueblo, el gemido de su pueblo, y sus oraciones había llegado a los oídos del Señor. Dios se acordó de su pueblo, para liberarlo y llevarlo a la tierra de la promesa, tierra que fluye leche y miel. 

La liberación de Israel, es una figura de la liberación futura de la humanidad, redimida por medio de Jesús, para ser parte de la familia de Dios. Pero también tiene que ver con nuestra vida personal, en esta palabra hay una profunda enseñanza para nosotros, y tiene que ver con los desiertos.

Estando Cristo tenemos salvación y vida eterna, tenemos bendiciones para esta vida, y la vida eterna, Jesús es nuestra Tierra prometida. La enseñanza está en el hecho de que Israel, no llegó inmediatamente a la tierra prometida, al ser libertado, primero tuvo que atravesar el desierto, un camino que no podía durar más que unos días, se transformó en un viaje de cuarenta años. Los desiertos son lugares de transición, es un lugar de procesos, de grandes cambios, pero también de peligros, y necesidades, pero sobre todo son lugares donde Dios nos confronta, con nuestros propios pecados. Israel no pudo evitar pasar el desierto, pero finalmente alcanzó la tierra prometida, con una mente y un corazón renovado, y listos para disfrutar de toda la bendición. 

Hay una norma espiritual, y es que para lograr la victoria primero debemos atravesar el desierto, no hay forma de evitarlo, porque no podemos entrar en la nueva tierra sin ser transformados, no podemos vivir en el espíritu sin nacer de nuevo, no podemos vivir una vida de victoria si Jesús en el corazón. La mente no renovada no puede percibir las cosas de Dios, porque son espirituales, Dios es espíritu, tenemos que atravesar el desierto del proceso, donde no tenemos nada más que la ayuda de Dios, el lugar donde no hay otra cosa que podamos hacer más que buscar el Señor. Si estás en un desierto, no tengas temor, no te desesperes, no seas rebelde, todo esto solo aumentará el tiempo de permanencia en el desierto. Si eres paciente, y crees en el Señor, confía porque al final del desierto, te encontrarás con un río, y al pasar al otro lado estarás en la tierra de tu bendición. Dios te sustentará siempre, créeme que el desierto en necesario, y Dios siempre estará, más presente que nunca, no bajes los brazos, no te desanimes, la tierra prometida de tus bendiciones, es tan deseada que cuando estés en ella, el desierto será solo un recuerdo más, de tu camino andado y un tesoro de enseñanzas y sabiduría para disfrutar y compartir. El desierto es tu mejor campo de entrenamiento, para el propósito que Dios tiene para tí.

El Hijo de Dios

Jesús es el único camino a Dios, en el evangelio de Juan 14:6 Jesús dice: "yo soy el camino, la verdad, y la vida". La Biblia habla proféticamente desde el libro de Génesis sobre Jesús, especialmente en el capítulo 3 donde podemos encontrar el resumen del evangelio en los comienzos de la creación. Por causa de la desobediencia de Adán y Eva toda la humanidad quedó sujeta al pecado, Romanos 3:23 dice: "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios". Desde entonces Dios comenzó a llevar adelante el plan de salvación, el Señor no quiere que la humanidad se pierda. La Biblia dice en Génesis 6 que la humanidad estaba corrompida, y que subía el olor de la corrupción ante la presencia del Creador, fue entonces que Dios decidió desechar aquella generación corrupta, por medio del diluvio limpiar la creación. Fue así que encontró a Noe, y su familia y decidió salvarlo por medio del Arca para dar comienzo a una nueva generación. Luego en Génesis 12:1 Dios llama a Abram: "Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré." Y lo elige para construir un pueblo, una nación, Israel de donde vendría el Mesías Jesús el Salvador. 
La humanidad no tenía oportunidad de salvación, el pecado separaba al hombre de Dios, todos los hombre están en deuda con Dios y la única forma de saldar el esa deuda es con la muerte, como dice Romanos 6:23 "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." 
No hay religión, ni filosofía, no hay hombre, ni sabio ni profeta que pueda llegar a Dios, todos los nacidos de mujer, como dicen las escrituras están bajo la misma sentencia de pecado, por lo tanto no hay poder en ellos para salvar. 

Jesús es el Mesías prometido, el no cargó con la herencia del pecado de Adán, como dijo el Profeta Isaías 7:14 "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" así Jesús nace de María por gracia y obra del Espíritu Santo: "El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. Mateo 1:18
Jesús es el Mesías prometido por el Creador desde el principio, Dios encarnado camino por Israel anunciando el reino de Dios, y haciendo milagros hasta el día que fue recibido arriba y se sentó a la diestra del Padre. Pero lo más poderoso es que Jesús vino a dar su vida en rescate por todos los hombres, a pagar la deuda que la humanidad no podía pagar, Jesús dio su vida en la cruz por nosotros, tomando nuestro lugar,"Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él." 2 Corintios 5:21. Pero no quedó en la tumba, porque al tercer día resucitó de entre los muertos, venció a la muerte, "pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio" 2 Timoteo 1:10.
Jesús no es un profeta, es el hijo de Dios, el salvador del mundo, no es una religión, no es una filosofía, ni un libro, es una persona, Jesús el camino, la verdad y la vida. Resucitó de los muertos, porque Dios le declaró Justo, todos los que creen en Él y le reciben tiene vida eterna con El.
"Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;" Filipenses 2:9-10

Palabras de Ana

No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y a él toca el pesar las acciones. 

1 Samuel 2:3

La soberbia y la altanería, son cosas que a Dios no le agradan, son males muy grandes en el corazón de las personas. El arrogante cree que lo sabe todo, y este sentimiento lo lleva a creer que es superior a los demás, detrás de la altanería, la soberbia y la arrogancia, viene la envidia, el perjuicio, la murmuración, la crítica negativa.
Son cosas comunes en las personas que no tienen a Dios en su corazón, y son cosas muy graves que también afectan a la iglesia. Los cristianos no pueden dejarse dominar por estos sentimientos, que no pertenecen a una vida nueva, y se contraponen con las enseñanzas de Jesús. 
El cántico de Ana, contiene este versículo, que comienza diciendo " no multipliqueis palabras de grandeza y altanería" claro que el Espíritu Santo estaba inspirando a esta mujer, que sufrió por varios años la humillación de sus pares, por ser estéril, por parte de su familia y conocidos, vivía triste y oprimida por las burlas, de las mujeres que vivían en su casa, en ese tiempo no tener hijos era como una maldición. Cuánta gente hoy, querido lector, está sufriendo lo mismo que Ana, lo que los expertos llaman Bullying, es discriminación, y daña al prójimo. 
Hay gente que discrimina, murmura, crítica, prejuzga a los demás, sin medir sus palabras están hiriendo y hasta matando a su prójimo con sus expresiones. Este mal es muy visible en las redes sociales, críticas palabras de altanería, competencia, arrogancia, son moneda corriente en las comunicaciones de hoy. 
Pero debes saber que servimos al "Dios de todo saber" si creemos en Dios y decimos ser sus hijos, no podemos hablar con arrogancia, altanería, ni soberbia, al contrario debemos ser humildes y saber que por cada palabra que decimos, aún en el lugar más secreto, daremos cuenta delante del Dios todopoderoso, algún día. 
Ana estaba tan feliz de que su oración fuese respondida, la que era estéril ahora abrazaba un hijo, gracias a Dios, quizá ella también en su lucha, para defenderse de la burla, pudo haber pronunciado palabra negativas, por eso declara "Cesen las palabras arrogantes de su boca" departe de ella misma, y de parte de sus detractores, porque el Dios de todo saber, es quien tiene la última palabra, y decide que será de nosotros, al "pesar las acciones", esto es las nuestras coma la de nuestro prójimo.

P. Aldo

Los Elíseos de hoy

Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.

2 Reyes 2:14

Eliseo estaba comenzando su ministerio profético, justo donde terminó el de su mentor Elías, Dios le concedió ser el sucesor del ministerio del profeta Elías, hasta ese momento Eliseo solo había sido un sirviente, pero ahora ya no tenía un papel secundario, pero ahora era el protagonista dentro de los propósitos de Dios. 
Lo primero que hace Elíseo es tomar el manto de Elías, que dejó caer al partir. Después caminó hacia el río Jordán, y al golpear con el manto de Elías las aguas, dijo: "dónde está el Dios de Elías", usó la fe para activar la unción que había recibido, y las aguas del río se abrieron delante de él.
Al contemplar la imagen del relato de este texto, se puede ver la imagen profética del comienzo de la iglesia de Jesucristo, la Biblia dice que las cosas que están escritas en el Antiguo Testamento, son figura y sombra de lo que vendría después(Colosenses 2:17), es decir del tiempo de la manifestación de Jesús y la época actual de la gracia, en la que vivimos. 
Jesús llevó a sus discípulos a Betania, y allí ascendió a los cielos, dejando indicaciones a sus discípulos de quedarse en Jerusalén, hasta ser investidos de poder de lo alto.
Al igual que Eliseo los discípulos vieron a su Señor subir a los cielos, y así como Eliseo los Apóstoles tenían que tomar la unción que Dios derramaría en el día de pentecostés. El manto de la unción de Jesús está disponible para la iglesia del Señor, y para todo hijo de Dios que esté dispuesto a ser lleno del Espíritu Santo. 
Dios quiere despertar a los Elíseos de este tiempo, los herederos de la unción, solo los que son revestidos del poder de lo Alto estarán aptos para el propósito de Dios, en este milenio. Hoy Dios te habla a tí, querido lector, tú eres el Elíseo que Dios quiere bendecir, hoy la palabra de Dios te desafía a tomar la unción que está disponible para ti, y te levantes para comenzar a vivir en el propósito de Dios. La Biblia dice buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todo los demás vendrá por añadidura, Eliseo pidió a Elías una doble porción de su espíritu,(2 Reyes 2:9) estos significa la herencia del primogénito, no pidió más que ser lleno de la presencia de Dios, debemos aprender a desear ser llenos de Dios más que de ninguna otra cosa. Todo lo que necesitas está en la mano de Dios, llénate de Dios y lo tendrás todo. Cuando Eliseo preguntó ¿Dónde está el Dios de Elías? No fue una pregunta de prueba, para saber si Dios estaba con él, fue una declaración de fe y de firmeza, el Dios de Elías es el proveedor el ayudador, el salvador, el Todopoderoso, y Eliseo quería caminar en su presencia, como lo hizo Elías, sabía que el pueblo necesitaba del Dios sobrenatural. 
Hoy el mundo necesita conocer a Jesús, necesita conocer al Todopoderoso, como lo conocerán si no hay nadie que lo dé a conocer, solo los Elíseos de este tiempo, los discípulos del presente pueden traer la manifestación del Reino de Dios. Hermanos, hermanas, nosotros somos los depositarios de la unción, no lo olvidemos. Hoy es el día de tomar la unción y abrir el río que nos separa del propósito de Dios para nosotros.


P. Aldo

El ancla

Hebreos 6:13-15

 13  Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, 
 14  diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.
 15  Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.


Abraham un hombre común, que vivía en una ciudad llena de idolatría, alejada del Dios verdadero, una sociedad que no tenía conocimiento del Creador, no existían las escrituras en su tiempo, solo la tradición oral, que hablaba de el Dios creador y se pasaba de boca en boca de padres a hijos. Abraham no tenía forma de encontrar el camino a Dios, por eso Dios se acercó a Abraham y le habló. Dios está interesado en nosotros, que caminamos en este mundo extraviados, palpando como ciegos, donde encontrar ayuda divina. Por eso Dios envió a Jesús, ahora todos sabemos que él es camino, verdad y vida, los tres tesoros que la humanidad necesita. 
Dios le habló a Abraham de una tierra nueva, un futuro, de bendición y abundancia, la condición para recibirlo era creer, confiar y esperar, obedecer. La Biblia dice que Abraham creyó a Dios, y por eso Dios lo justificó, cumpliendo todo lo que le había prometido. Abraham recibió bendiciones sin límites, y se convirtió en "el padre de la fe". Hoy el camino está abierto, Jesús es el medio por el cual Dios se acercó a nosotros, y el camino por el que vamos a su presencia, cuando oramos en el nombre de Jesús él nos oye, sus promesas están disponibles para nosotros, pero la llave es la fe, como Abraham debemos creer y obedecer, para alcanzar las promesas, todo lo que pidas en el nombre de Jesús te será hecho, espéralo, la fe y la confianza en nuestro Padre es el ancla de nuestra alma, estemos firmes creyendo, confiando y esperando en el Señor.

Avaricia

Hebreos 13:5-6

Sean vuestras costumbres sin 
avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.


La avaricia es un pecado que la biblia califica al mismo nivel  del pecado de idolatría, que es adorar a un dios falso, en lugar del Dios verdadero. La idolatría es la causa por la que Israel cayó bajo el juicio de Dios, muchas veces, a lo largo de su historia. Desde el momento que salieron de Egipto, cuando Moisés estaba recibiendo la ley de Dios, el pueblo al ver que Moisés no volvía, se hizo dioses de fundición para adorar, lo que encendió el enojo de Dios. La avaricia es adorar la riqueza y el poder que está genera a sus poseedores, es atesorar bienes todo el tiempo, y desear tener cada vez más, aún quitarle a otros lo que tienen, la avaricia va junto con la envidia, el amor al dinero, como todos los pecados es esclavitud.
Jesús enseñó que debemos librarnos de la avaricia, lo contrario es ser dadivoso, "den y se les dará" dijo Jesús. La avaricia niega la fe, y la confianza en Dios, el avaro confía más en su dinero y su bienes, que en Dios, el dador de todas las cosas.
"Contentarse con lo que tenemos" no es ser conformista, significa que debemos dar gracias por lo que tenemos, estar felices, y Dios siempre añadirá todo lo que nos falte. Abandona la avaricia, abre tu mano para dar, porque al que da confiando en Dios, nunca le faltará nada, el Señor dijo no te dejaré ni te desampararé. No tengas temor de los hombres, confía en ti Dios.


¡Bendiciones! 


P. Aldo

Principios Espirituales

Teme a Dios y guarda sus mandamientos, dice Eclesiastés 12:13 y agrega: porque esto es el todo del hombre; este es un principio espiritual, tiene que ver con los dos mandamientos más importantes de la Biblia, en el evangelio de Mateo capítulo 22:37-39 dice : 37  Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38  Este es el primer y más grande mandamiento.
39  Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Debemos entender que hay mandamientos por cumplir, claro que la salvación es por gracia de Dios, pero también es claro que debemos dar fruto de salvación, cumpliendo los principios espirituales que nos enseñó Jesús, y que están escritos en la biblia.
Temer a Dios es saber que vivimos en su presencia, sus ojos están sobre nosotros para guardarnos y bendecirnos, si sabemos que Dios está con nosotros, entonces viviremos reverenciando al Señor, tratando de agradar en todo a nuestro Padre. Si tememos a Dios y guardamos sus mandamientos, la bendición estará asegurada, porque sus promesas se cumplen en nosotros. Las oraciones que hagamos serán contestadas, su favor se manifestará en nosotros.
Creer es Temer, y obedecer, no se trata solo de ir una vez a la semana a la iglesia, o de llevar una vida que en nuestra propia opinión está bien, se trata de temer a Dios y guardar sus mandamientos, eso es todo lo que necesitamos hacer, porque como dice Ecesiastes 12:13, esto es el todo del hombre.

Las cosas de arriba

Colosenses 3:1-3
 1  Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
 2  Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
 3  Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

El hecho de ser cristianos no implica nada más que ir a la iglesia o pertenecer a una denominación, ser cristiano es creer en Jesús y la obra de la cruz, donde el Señor entregó su vida sustituyendonos a nosotros, y resucitó al tercer día, dando inicio a la "nueva creación de Dios", esto quiere decir que todos los que creen en Jesús, mueren para el mundo, y resucitan para Dios, como hombres y mujeres renovados.
Una vez que somos resucitados, nuestra naturaleza cambia, ahora llevamos la naturaleza de nuestro Padre Celestial, y comenzamos a ser transformados. 
Este concepto es difícil de entender, porque no es tangible, es decir no se ve con los ojos naturales, y muchos lo toman como una metáfora, el único camino para poder ver y disfrutar del nuevo nacimiento es la fé, creer para ver. 
También es necesario conocer estas verdades de la palabra de Dios, y meditarlas en oración, para que el Espíritu Santo revele y nos de convicción de que Cristo habita por la fe en nosotros, que ahora somos nuevas personas, que la vieja vida quedó atrás con todo lo malo que hicimos, incluso los sufrimientos, y la culpa, que nos perseguía. Ahora no podemos quedarnos parados mirando atrás, hay que avanzar y no volver a probar las cosas de esta tierra que antes usábamos en nuestra ignorancia. 
Por este motivo el Apóstol Pablo declara esta palabra, el énfasis está en el hecho de evaluar si realmente hemos resucitado con Cristo, a la luz de la evidencia que es nuestra vida presente, o sea los frutos que estamos dando, actitudes, forma de vida, emociones, palabras, relaciones con los demás, todo tiene que ser cambiado. No podemos arrastrar nada de la antigua vida, debemos vaciarnos todo de lo anterior, y buscar la cosas de arriba, donde está Cristo, nuestra actitud para cambiar y ser renovados es dejar de apuntar a las cosas terrenales, esto es lo que hacíamos antes de conocer a Jesús, y apuntar a las cosas de arriba, que corresponde a nuestra nueva naturaleza renovada. Debemos recordar esta verdad espiritual, estamos muertos para el mundo y lo terrenal, ahora vivimos para Dios y todo lo que él tiene disponible para nosotros. Enfócate en tu nueva naturaleza, mira con los ojos del espíritu, te aseguro que el escenario de tu vida será muy diferente.