Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Isaías 6:8
Cuando Dios se reveló al Profeta Isaías en visión, el profeta vio su grandeza y su gloria y la primer reacción de Isaías fue reconocer su culpa, su pecado, reconoció que necesitaba el perdón de Dios.
Cuando Dios nos llama Él se revela a nosotros mostrándonos su poder su gloria, es entonces que reconocemos nuestro pecado, nuestros defectos y entendemos la necesidad que tenemos de cambiar, necesitamos arrepentirnos.
Isaías reconoció que vivía en pecado, entonces su culpa fue quitada y perdonado su pecado, para poder estar en la presencia del Señor.
Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón, hay un proceso que comienza, vemos la Gloria de Jesús en algún área de nuestra vida y reconocemos nuestra necesidad de Él, entonces viene el arrepentimiento, reconocemos nuestro pecado y la necesidad del perdón de Dios, es entonces cuando somos liberados de la culpa y de toda esclavitud que nos oprime.
Hay un llamado de Dios para ti, Dios te está mostrando su gloria su presencia en tu vida, el Señor te llama porque tiene una tarea para ti, algo que solo tú puedes hacer y quiere enviarte. Isaías escuchó al Señor decir : a quién enviaremos quién irá por nosotros... Este llamado viene Agus oídos ahora, qué respuesta le vas a dar?
Permitirás que la culpa sea un obstáculo para acudir al llamado? O ese sentimiento de inferioridad, te hace pensar que tú no puedes acudir al llamado de Dios? Piensas que no eres capaz de servirle, de aceptar el desafío de su llamado?
Cuando Dios te llama no lo hace por tus capacidades, el llama gente que sabe que sin Dios nada puede hacer y los convierte en héroes de la fe.
Hoy Dios te llama, mira la Gloria de la cruz, Jesús te llama a ser parte de su ejército de Santos, el te dice: toma tu Cruz y sígueme. Que esta palabra despierte en ti la confianza y la fe que Dios despertó en Isaías, que hoy puedas decir: Heme aquí envíame a mí.
A.D.Monegal
Isaías 6:8
Cuando Dios se reveló al Profeta Isaías en visión, el profeta vio su grandeza y su gloria y la primer reacción de Isaías fue reconocer su culpa, su pecado, reconoció que necesitaba el perdón de Dios.
Cuando Dios nos llama Él se revela a nosotros mostrándonos su poder su gloria, es entonces que reconocemos nuestro pecado, nuestros defectos y entendemos la necesidad que tenemos de cambiar, necesitamos arrepentirnos.
Isaías reconoció que vivía en pecado, entonces su culpa fue quitada y perdonado su pecado, para poder estar en la presencia del Señor.
Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón, hay un proceso que comienza, vemos la Gloria de Jesús en algún área de nuestra vida y reconocemos nuestra necesidad de Él, entonces viene el arrepentimiento, reconocemos nuestro pecado y la necesidad del perdón de Dios, es entonces cuando somos liberados de la culpa y de toda esclavitud que nos oprime.
Hay un llamado de Dios para ti, Dios te está mostrando su gloria su presencia en tu vida, el Señor te llama porque tiene una tarea para ti, algo que solo tú puedes hacer y quiere enviarte. Isaías escuchó al Señor decir : a quién enviaremos quién irá por nosotros... Este llamado viene Agus oídos ahora, qué respuesta le vas a dar?
Permitirás que la culpa sea un obstáculo para acudir al llamado? O ese sentimiento de inferioridad, te hace pensar que tú no puedes acudir al llamado de Dios? Piensas que no eres capaz de servirle, de aceptar el desafío de su llamado?
Cuando Dios te llama no lo hace por tus capacidades, el llama gente que sabe que sin Dios nada puede hacer y los convierte en héroes de la fe.
Hoy Dios te llama, mira la Gloria de la cruz, Jesús te llama a ser parte de su ejército de Santos, el te dice: toma tu Cruz y sígueme. Que esta palabra despierte en ti la confianza y la fe que Dios despertó en Isaías, que hoy puedas decir: Heme aquí envíame a mí.
A.D.Monegal